Hace unos días una amiga, ciertamente avergonzada, me pregunto si la podría acompañar de compras. A pesar de haber estado "a fin de mes" desde el día dos, pensé: porque no? vamos a darle otro palo a la tarjeta. después de un sustancial e innecesario gasto en otro montón de ropa y accesorios que es imposible de meter en el armario, y cuando ya me estaba imaginando la típica escena de película en la que el banco le dice al dependiente que corte la tarjeta de crédito en dos con unas tijeras, mi amiga me preguntó, de nuevo un poco avergonzada, si la acompañaría a una ultima tienda que quería visitar. Dada la extraña actitud de ésta, le pregunte: porque se ponía nerviosa al preguntármelo. Llevábamos todo el día de compras, mas que actualizar nuestra imagen parece que nos estamos abasteciendo para el invierno y llevamos tantas bolsas que vamos a desarrollar los bíceps, pero porque avergonzarse cuando de eso se trataba desde un primer momento? Pues por mucho que vayas con la idea clara de comprar un par de cositas necesarias, una camisa nueva para el trabajo, o una zapatillas para ir al gimnasio, las mujeres sabemos que te da igual las pintas que lleve al trabajo, y que aunque pagues por el gimnasio religiosamente, nunca vas. Por lo que decides gastar el dinero en algo mucho mas útil y productivo como unas sandalias con un imposible tacón stiletto para salir este fin de semana, o mas maquillaje, o una minifalda que haría que a Rouco le estallasen los ojos. Por lo que no entendía a que tanta vergüenza por visitar una tienda mas. "es que es el cumpleaños de mi novio y quería hacer algo especial para el" ahí ya me empecé a imaginar de que iba el asunto, y no precisamente sobre cocinar una tarta. "me gustaría ir a un sex shop y comprar algo...divertido" ahí estaba. El lugar al que las mujeres temen ir como los hombres temen ir de compras con una mujer. Quizá sea la imagen sórdida que los sex shops tienen, con cuarentones mirando las carátula de las pelis porno llevando gafas de sol. Pero lo que las mujeres parece que han olvidado, es que un sex shop no sólo es para hombres y cada vez mas las opciones para mujeres se han ampliado hasta poder encontrar una extensa gama de productos, juguete y accesorios adaptados a cualquier... necesidad. En Londres, los lugares que puedes visitar son realmente numerosos. Si te diriges al Soho, la mayoría son gays, pero también encuentras muchos para heteros que podrían hacer las delicias de cualquier noche. Pero los mejores lugares son las tiendas de lencería tipo Ann Summers o Harmony. Éstos son sex shops directamente para mujeres, muy lejos de la imagen sórdida y depravada que se pueda tener de los sex shops. Normalmente son locales de dos plantas; la planta de arriba, la que da a la calle, se presenta como una tienda de lencería o disfraces eróticos que mas parece la central "despedida de soltera" que otra cosa, gracias a la profusión de tiaras y globos en forma de pene adornados con velos de novia. Pero la mejor parte esta en la planta baja. Una habitación con diferentes secciones, desde la de principiantes hasta las mas picantes en las que se exhiben accesorios sado para aquellos mas atrevidos. Pero, como he dicho, están muy lejos de presentarse como lugares desagradables, la decoración es sexy, la atmósfera es relajada, y la mayoría de los que trabajan allí son mujeres, lo cual ayuda a que una se relaje. Así que dado el nivel amateur de mi amiga, descarte la opción del Soho, que francamente puede resultar aterradora ante la visión de pinzas para pezones en los escaparates, y nos fuimos a Ann Summers. Empezando despacio con algo de lencería sexy, quizá un aceite para masajes, una nueva cajita de condones estriados para dar placer, algo sencillo para sorprender a la pareja sin adquirir la imagen de salida implícita en estos productos. Sorprendentemente una vez que entramos y tras haber seleccionado algunos productos básicos, me resulto imposible sacar a mi amiga de allí. Había sido abducida por el amplio abanico de posibilidades sexuales. Parecía que le habían quitado una venda de prejuicios de los ojos y había visto la luz. Aceites para masajes, la mayor selección de condones imaginables, juguetes sexuales para las noches en solitario y las que se pasan en compañía, disfraces, afrodisiacos, lubricantes, películas, y todo ello adornado en una atmósfera de plumas, perfumes y macara que hacen que el temido viaje al sex shop se convierta en un Moulin Rouge. después de pasar dos horas examinando (no probando, que quede claro) los productos disponibles, cargamos de nuevo nuestras bolsas con un nuevo espíritu. Al menos mi amiga iba tan exaltada que no podía esperar para probar todo lo que había comprado, seguro que fue un cumpleanhos sorprendente. Pero aquella visita, me dejo penando. Ya había estado en alguna ocasión en un sex shop, y debo reconocer que la primera vez me sentía tan cohibida que no me atreví a comprar nada y me quede fumando en la puerta mientras las amigas con las que había ido se gastaban el sueldo en el proyecto del fin de semana, pero supongo que esa vergüenza e normal hasta cierto punto. Es igual que ir sólo al cine, o entrar en una discoteca enrome al principio de la noche cuando hay cuatro gatos dentro y parece que todos te están mirando. Esos nervios del principio son normales. Cuando se trata de un sex shop, los nervios van mas allá. Mas que darte un poco de vergüenza, estas avergonzada. Lo cierto es que tenemos tantos prejuicios en lo que se refiere al sexo, que nuestra conducta esta dramáticamente sesgada por ellos. Podemos, como siempre, echarle la culpa a la familia, a la educación, a la religión, y por supuesto, al que diran. Esa falsa moral que ronda nuestra cabeza. qu'e pensaran de mi, que pasara si alguien me ve aquí, hasta nos preocupa que nuestra pareja cambie su forma de vernos si sabe que compramos cosas en un sex shop. Pues nos aterra la imagen de puta o salida o precoz. El caso es que aunque la liberación femenina que siempre esta en nuestra boca, con la que parece que nos intentamos convencer de que as mujeres podemos hacer, decir o comprar lo que nos apetezca, siempre hay connotaciones psicológicas o morales que nos privan de disfrutar de esa ansiada libertad. Del mismo modo que no te atreves a ir sola al cine, o no te atreves a disfrutar de unas ansiadas vacaciones sola, no te atreves a ir a un Sex shop sola. Y todo por ese maldito que dirán o que pensaran o que pasaría si alguien me ve. Pues lo que pasaría es que a la gente al final le daría igual, porque por mucho que piensen o digan, todos tenemos secretos, vida privada, y hacemos cosas que ocultamos a los ojos de los demás por pura vergüenza. Algo no del todo inadecuado ya que en cierto modo mantiene cierto misterio y evita el clásico problema de "donde hay confianza da asco". pero por otra parte nos estamos escondiendo tanto que mientras unos salen del armario, nos nosotras nos estamos metiendo en el? no es fácil luchar contra los prejuicios o la falsa moral que asola nuestra vida y nos impele a adoptar ciertas pautas de comportamiento decoroso para no llamar la atención demasiado. Pero el no poder disfrutar de nuestra libertad sexual por la impresión de que alguien podría tener una mala impresión de nosotras, es ridículo. Al fin y al cabo, no compartes cama con un puñado de gente desconocida, ni te acuestas con sus prejuicios ni echas un polvo con esas mentes retrogradas que consideran una aberración el comprarse un vibrador. cada uno lucha por lo que le interesa en cada momento, y dar pequeños pasos en el camino hacia la conquista de las libertades personales puede hacer una gran diferencia. Por ello recomiendo a las mujeres que aun no lo hayan experimentado que se vistan ahora mismo, agarren el bolso y se encaminen a un sex shop. La experiencia merecerá la pena/. LA variedad de juguetes y accesorios destinados específicamente para mujeres es muy amplia para hacer de las noches de placer solas o en companhia. Desde los clásicos vibradores a los mas complicados aparatos para la estimación de cada parte del cuerpo, juguetes fetichistas inspirados en el sado,vídeos, libros, geles de sabores, estimulantes líquidos, lubricantes, condones que van mas alla de los sabores y tallas, que vienen en diferentes formas y texturas para maximizar el placer, y un largo etc, para dar GUSTO a todas. Así que sea cual sea tu condición sexual, tu estado civil, ya seas soltera o tengas pareja, o practiques sexo casual con desconocidos, seguro que encuentras el producto perfecto. En caso de duda, igual que preguntas al medico o farmacéutico acerca de los medicamentos, también se puede preguntar a la gente que trabaja allí. Que, en serio, no van a pensar mal de ti, les da igual lo que pase en tu dormitorio, y, al igual que cualquier asistente de cualquier tienda, !están para ayudarte! Solo un pequeño consejo, las visitas al sex shop pueden crear adicción, por lo que se recomienda un uso ,moderado y que no sean un sustitutivo de las relaciones sexuales reales. Pues a pesar de que estas tiendas sean como Disneyland para adultos, toda cenicienta necesita un príncipe, aunque solo sea para para cargar las compras del sex shop! feliz sexo a todas!