Aquí estoy, al
final de la barra del cutre café del centro,
Si digo que soy
feliz, miento
Miro los posos de
mi taza, hipnotizada.
Doy las últimas
caladas a este cigarrillo,
Cuyo humo
desgarra mis pulmones
Tiñendo mis
labios de amarillo.
Mas las razones
no encuentro
De este
hundimiento,
De esta
melancolía,
El porqué mi
agonía.
Se me turba la
mente
Ante el incesante
paso de la gente.
Mis ojos cansados
y amoratados,
Segregan lágrimas
de dolor y amor concentrados.
Con las últimas
monedas que me quedan, liquido y me voy.
Y aquí estoy, al
final de la calle del cutre barrio del centro.
Si digo que soy
feliz, miento.
Nada en la
cabeza, nada en el bolsillo
Nada en la
garganta,
Solo el humo de
un cigarrillo.