domingo, 30 de octubre de 2011

la moda moderna

y se ha convertido en pequeñas piezas que parecen haberse incrustado en todas las chicas londinenses. Cuando vine aquí hace 4 años, las cosas no eran así. La gente vestía normal, o al menos acorde con las actividades de cada día. ahora todo lo que se ve son Stilettos y zapatos de tacón alto como andamios incómodos hasta hacer sangrar los pies. Que fue de las sandalias plana de dedo, de los zuecos, del calzado cómodo en general? ahora las zapatillas deportivas llevan plataforma, los tacones han crecido diez centímetros y esta de moda llevar botines con falda y sin medias en pleno invierno.
Las faldas se acortan, los colores y estilos se mezclan y sin importar tu talla, altura, peso, edad o necesidades, todas las chicas están empezando a seguir la ley del "todo vale". Y en que deriva esto? en ver a chicas en minifalda y tacones de aguja en el parque, vestidas de fiesta en el supermercado, pintadas como puertas para ir al gimnasio y cosas así. el dia a dia ha muerto, ahora todo es fashion!!
Al igual que los carteles anunciando la Navidad, cada vez aparecen mas pruebas y muestras de ello. y al igual que en Septiembre aparecen los anuncios, carteles y promociones navideñas en lo escaparates, en lo que se refiere a moda están todo el año. Por eso no es difícil encontrar entre viento y frió, sandalias de tacón en pleno febrero en un escaparate; o bien, minifaldas y vestido cortos soportando las lluvias de octubre tras el cristal de u vitrina. Las mangas son voluminosas; los estampados, llamativos; el marrón y el gris de las colecciones otoño-invierno, ha muerto; lo ha matado el fucsia.
Llámame antigua, pero donde yo crecí, se consideraba hortera llevar calcetines con sandalias, botines con minifalda en verano, abrigo de piel con deportivas o llevar gafas de sol en el metro.
todo es moda y todo vale, pero a mi me gusta combinar los colores. Me gusta saber que etilo tiene cada uno; gótico, hippie, casual, años 80,60,70... ahora el único termino que puede definir la moda es... "moderno". Esta claro que la influencia de los medios tiene un gran peso obre cualquiera. Por eso ahora puedes encontrar vestidos o mascaras estilo "lady Gaga" para ir a comprar el pan, te puedes incluso disfrazar de barra de pan. Puedes encontrar modelitos discretos estilo Rihanna para cantar desnuda bajo la lluvia, eso si, con un "fashionable umbrella-ella-ella"; o bien, encontrar cómodos trajes de baño como los que Beyonce usa en sus vídeos.
y es que que razón tenían en las películas antiguas cuando Concha Velasco decía" mama, quiero ser artista" quizá ahora las niñas solo dicen "mama, quiero vestir de artista"

Las mujeres también van al sex shop

Hace unos días una amiga, ciertamente avergonzada, me pregunto si la podría acompañar de compras. A pesar de haber estado "a fin de mes" desde el día dos, pensé: porque no? vamos a darle otro palo a la tarjeta. después de un sustancial e innecesario gasto en otro montón de ropa y accesorios que es imposible de meter en el armario, y cuando ya me estaba imaginando la típica escena de película en la que el banco le dice al dependiente que corte la tarjeta de crédito en dos con unas tijeras, mi amiga me preguntó, de nuevo un poco avergonzada, si la acompañaría a una ultima tienda que quería visitar. Dada la extraña actitud de ésta, le pregunte: porque se ponía nerviosa al preguntármelo. Llevábamos todo el día de compras, mas que actualizar nuestra imagen parece que nos estamos abasteciendo para el invierno y llevamos tantas bolsas que vamos a desarrollar los bíceps, pero porque avergonzarse cuando de eso se trataba desde un primer momento? Pues por mucho que vayas con la idea clara de comprar un par de cositas necesarias, una camisa nueva para el trabajo, o una zapatillas para ir al gimnasio, las mujeres sabemos que te da igual las pintas que lleve al trabajo, y que aunque pagues por el gimnasio religiosamente, nunca vas. Por lo que decides gastar el dinero en algo mucho mas útil y productivo como unas sandalias con un imposible tacón stiletto para salir este fin de semana, o mas maquillaje, o una minifalda que haría que a Rouco le estallasen los ojos. Por lo que no entendía a que tanta vergüenza por visitar una tienda mas. "es que es el cumpleaños de mi novio y quería hacer algo especial para el" ahí ya me empecé a imaginar de que iba el asunto, y no precisamente sobre cocinar una tarta. "me gustaría ir a un sex shop y comprar algo...divertido" ahí estaba. El lugar al que las mujeres temen ir como los hombres temen ir de compras con una mujer. Quizá sea la imagen sórdida que los sex shops tienen, con cuarentones mirando las carátula de las pelis porno llevando gafas de sol. Pero lo que las mujeres parece que han olvidado, es que un sex shop no sólo es para hombres y cada vez mas las opciones para mujeres se han ampliado hasta poder encontrar una extensa gama de productos, juguete y accesorios adaptados a cualquier... necesidad. En Londres, los lugares que puedes visitar son realmente numerosos. Si te diriges al Soho, la mayoría son gays, pero también encuentras muchos para heteros que podrían hacer las delicias de cualquier noche. Pero los mejores lugares son las tiendas de lencería tipo Ann Summers o Harmony. Éstos son sex shops directamente para mujeres, muy lejos de la imagen sórdida y depravada que se pueda tener de los sex shops. Normalmente son locales de dos plantas; la planta de arriba, la que da a la calle, se presenta como una tienda de lencería o disfraces eróticos que mas parece la central "despedida de soltera" que otra cosa, gracias a la profusión de tiaras y globos en forma de pene adornados con velos de novia. Pero la mejor parte esta en la planta baja. Una habitación con diferentes secciones, desde la de principiantes hasta las mas picantes en las que se exhiben accesorios sado para aquellos mas atrevidos. Pero, como he dicho, están muy lejos de presentarse como lugares desagradables, la decoración es sexy, la atmósfera es relajada, y la mayoría de los que trabajan allí son mujeres, lo cual ayuda a que una se relaje. Así que dado el nivel amateur de mi amiga, descarte la opción del Soho, que francamente puede resultar aterradora ante la visión de pinzas para pezones en los escaparates, y nos fuimos a Ann Summers. Empezando despacio con algo de lencería sexy, quizá un aceite para masajes, una nueva cajita de condones estriados para dar placer, algo sencillo para sorprender a la pareja sin adquirir la imagen de salida implícita en estos productos. Sorprendentemente una vez que entramos y tras haber seleccionado algunos productos básicos, me resulto imposible sacar a mi amiga de allí. Había sido abducida por el amplio abanico de posibilidades sexuales. Parecía que le habían quitado una venda de prejuicios de los ojos y había visto la luz. Aceites para masajes, la mayor selección de condones imaginables, juguetes sexuales para las noches en solitario y las que se pasan en compañía, disfraces, afrodisiacos, lubricantes, películas, y todo ello adornado en una atmósfera de plumas, perfumes y macara que hacen que el temido viaje al sex shop se convierta en un  Moulin Rouge. después de pasar dos horas examinando (no probando, que quede claro) los productos disponibles, cargamos de nuevo nuestras bolsas con un nuevo espíritu. Al menos mi amiga iba tan exaltada que no podía esperar para probar todo lo que había comprado, seguro que fue un cumpleanhos sorprendente. Pero aquella visita, me dejo penando. Ya había estado en alguna ocasión en un sex shop, y debo reconocer que la primera vez me sentía tan cohibida que no me atreví a comprar nada y me quede fumando en la puerta mientras las amigas con las que había ido se gastaban el sueldo en el proyecto del fin de semana, pero supongo que esa vergüenza e normal hasta cierto punto. Es igual que ir sólo al cine, o entrar en una discoteca enrome al principio de la noche cuando hay cuatro gatos dentro y parece que todos te están mirando. Esos nervios del principio son normales. Cuando se trata de un sex shop, los nervios van mas allá. Mas que darte un poco de vergüenza, estas avergonzada. Lo cierto es que tenemos tantos prejuicios en lo que se refiere al sexo, que nuestra conducta esta dramáticamente sesgada por ellos. Podemos, como siempre, echarle la culpa a la familia, a la educación, a la religión, y por supuesto, al que diran. Esa falsa moral que ronda nuestra cabeza. qu'e pensaran de mi, que pasara si alguien me ve aquí, hasta nos preocupa que nuestra pareja cambie su forma de vernos si sabe que compramos cosas en un sex shop. Pues nos aterra la imagen de puta o salida o precoz. El caso es que aunque la liberación femenina que siempre esta en nuestra boca, con la que parece que nos intentamos convencer de que as mujeres podemos hacer, decir o comprar lo que nos apetezca, siempre hay connotaciones psicológicas o morales que nos privan de disfrutar de esa ansiada libertad. Del mismo modo que no te atreves a ir sola al cine, o no te atreves a disfrutar de unas ansiadas vacaciones sola, no te atreves a ir a un Sex shop sola. Y todo por ese maldito que dirán o que pensaran o que pasaría si alguien me ve. Pues lo que pasaría es que a la gente al final le daría igual, porque por mucho que piensen o digan, todos tenemos secretos, vida privada, y hacemos cosas que ocultamos a los ojos de los demás por pura vergüenza. Algo no del todo inadecuado ya que en cierto modo mantiene cierto misterio y evita el clásico problema de "donde hay confianza da asco". pero por otra parte nos estamos escondiendo tanto que mientras unos salen del armario, nos nosotras nos estamos metiendo en el? no es fácil luchar contra los prejuicios o la falsa moral que asola nuestra vida y nos impele a adoptar ciertas pautas de comportamiento decoroso para no llamar la atención demasiado. Pero el no poder disfrutar de nuestra libertad sexual por la impresión de que alguien podría tener una mala impresión de nosotras, es ridículo. Al fin y al cabo, no compartes cama con un puñado de gente desconocida, ni te acuestas con sus prejuicios ni echas un polvo con esas mentes retrogradas que consideran una aberración el comprarse un vibrador. cada uno lucha por lo que le interesa en cada momento, y dar pequeños pasos en el camino hacia la conquista de las libertades personales puede hacer una gran diferencia. Por ello recomiendo a las mujeres que aun no lo hayan experimentado que se vistan ahora mismo, agarren el bolso y se encaminen a un sex shop. La experiencia merecerá la pena/. LA variedad de juguetes y accesorios destinados específicamente para mujeres es muy amplia para hacer de las noches de placer solas o en companhia. Desde los clásicos vibradores a los mas complicados aparatos para la estimación de cada parte del cuerpo, juguetes fetichistas inspirados en el sado,vídeos, libros, geles de sabores, estimulantes líquidos, lubricantes, condones que van mas alla de los sabores y tallas, que vienen en diferentes formas y texturas para maximizar el placer, y un largo etc, para dar GUSTO a todas. Así que sea cual sea tu condición sexual, tu estado civil, ya seas soltera o tengas pareja, o practiques sexo casual con desconocidos, seguro que encuentras el producto perfecto. En caso de duda, igual que preguntas al medico o farmacéutico acerca de los medicamentos, también se puede preguntar a la gente que trabaja allí. Que, en serio, no van a pensar mal de ti, les da igual lo que pase en tu dormitorio, y, al igual que cualquier asistente de cualquier tienda, !están para ayudarte! Solo un pequeño consejo, las visitas al sex shop pueden crear adicción, por lo que se recomienda un uso ,moderado y que no sean un sustitutivo de las relaciones sexuales reales. Pues a pesar de que estas tiendas sean como Disneyland para adultos, toda cenicienta necesita un príncipe, aunque solo sea para para cargar las compras del sex shop! feliz sexo a todas!

jueves, 27 de octubre de 2011

Muchas opciones, pocas decisiones


Decisiones, un término tan aterrador como una visita al dentista. Hay gente que, ya sea por un talento natural, por una estrella con la que parecen haber nacido, o por la confianza en sí mismos que les guía en cada momento decisivo de su vida, son capaces de tomar decisiones en el chasquido de un dedo. Cada vez que se ven en una bifurcación, saben qué camino tomar, analizan las posibilidades, las posibles consecuencias, las implicaciones o perdidas de tomar un camino u otro, y siempre parece que toman la decisión acertad. O, aunque se equivoquen, consiguen aprender algo de sus errores, levantarse y seguir adelante. Incluso hay gente que conducida por un natural instinto aventurero, por la adicción al riesgo, por la emoción de lo desconocido, toman decisiones sin ningún tipo de análisis ni preocupación y simplemente se dejan llevar por la situación, "go with flow" diríamos aquí en Londres. Pero para los que nos acobardamos ante decisiones como qué tipo de champú comprar, las cosas no son tan fáciles. En la actualidad tenemos tantas opciones donde elegir, tantos diferentes cambios que seguir, tanta gente a la que conocer, que cada vez es más difícil tomar una decisión. En un mundo que cabe en la palma de la mano y en el que los únicos limites parecen estar definidos por la cobertura de nuestro móvil, es normal tener cada vez más dudas a la hora de decidir qué camino tomar. No tanto por equivocarnos, o por las posibles malas consecuencias de esas equivocaciones, pues se supone que de todo se aprende, de todo se adquiere experiencia y sabiduría etc., sino por lo que nos estamos perdiendo al elegir un camino y no otro. Por ello a la hora de comprometerse con un trabajo, con una pareja, con una hipoteca, las dudas acechan como aterradoras voces que nos hacen pararnos a pensar en si nos estaremos equivocando. Si me comprometo en una relación, no solo me asusta el que no salga bien y acaben rompiéndome el corazón, me asusta el hecho de que no saldré a ligar el próximo fin de semana. Si me comprometo a un trabajo serio, me echa para atrás el no poder disfrutar de la libertad que estar en paro y viviendo con mis padre me proporciona, si me meto en una hipoteca, me preocupo, además de que la crisis no me permita pagarla y acabe como todo lo demás en manos del gobierno, el no poder dejarlo todo de repente y largarme al punto más recóndito del mundo porque las obligaciones financieras no me lo permitirían. Quizá estamos demasiado consentidos materialmente y hemos pasado de las ambiciones a los inconformismos exacerbados. Porque lo cierto es que, en muchos casos, no sales a ligar los fines de semana, sino que te tomas unas copas con los amigos mientras te quejas de tu amarga vida, por lo que tener pareja no cambiaria tus rutinas. Por mucho que estar en paro te permita dormir hasta las doce, salir hasta el amanecer y sentirte como un estudiante hasta que cumples los 40; la falta de pasta, el agobio de los padres y el no tener un lugar propio donde ser tu mismo, donde echar un polvo sin pretender que estas escuchando música con un amigo en tu cuarto, o poner un programa del corazón sin arriesgarte a la reprobación social, acaban por amargarte la existencia. Así como el pasarte la vida pagando un alquiler por algo que jamás será tuyo, acaba por convertirse en otra forma de tirar el dinero, ya que sigues pagando una renta por espacio, generalmente limitado y necesitado de reformas, que ni es tuyo, ni lo será y que se come tu sueldo con tal rapidez que, no es que no te puedas permitir perderte en algún recóndito lugar del mundo, es que casi no puedes pagar el abono transporte. Pero como poder elegir adecuadamente sin tener la sensación de estar perdiéndose algo por el camino. Y es que en un mundo lleno de opciones que además caben en la palma de tu mano y no abultan más de lo que Apple decida, a veces lo más bonito e saber que solo tienes una opción y que aunque no sea lo que esperaba, o lo que habías imaginado o ni siquiera la más conveniente es la opción que te hace feliz. Y es aun mejor cuando después de un tiempo te das cuenta de que era la única opción posible. 

sábado, 15 de octubre de 2011

Palabra enredadas en la era del silencio


La era de las comunicaciones es como se ha llegado a definir a este periodo en el que nos encontramos en el que la diversidad de plataformas de comunicación, soportes, medios y utensilios para relacionarse con nuestros semejantes es tan amplia que ha llegado a resultar abrumadora. Atrás han quedado los días en los que el clásico teléfono que esperaba su ring ring pacientemente en el salón de casa. Ahora lo raro es tener teléfono fijo en casa, ya que este ha quedado relegado a un mero catalizador para la conexión a internet. Navegamos, surfeamos y nos ahogamos en redes sociales en las que compartimos nuestras intimidades abiertamente con gente prácticamente extraña sin el menor reparo. La afluencia de paginas como Facebook, twenty, twitter, myspace, etc. han revolucionado la forma en la que mantenemos el contacto con nuestros seres queridos, e incluso con los que no lo son. Aun recuerdo cuando accedías de forma reacia a dar tu número de teléfono a alguien que te entraba en un bar, o te ponías susceptible si te hacían más de una pregunta personal en una encuesta. Enseguida encendías las alarmas de protección de la intimidad y no revelabas más de lo que considerabas apropiado. Pero esos tiempos han quedado relegados al olvido a manos de las redes sociales, en las que abiertamente comentamos, compartimos, enseñamos y cotilleamos no solo nuestros pensamientos, sino nuestras fotos, nuestros planes y nuestra vida diaria. "¿en que estas pensando ahora?" pregunta amablemente Facebook, Y allá descargas todos tus pensamientos, temores, aficiones, preocupaciones, etc. Hasta que te encuentras con alguien que comenta algo así como "estoy viendo la tele y ahora tengo que ir al baño". Ahí te das cuenta de que se están propasando las líneas del decoro y que es momento de dejar de compartir tantas intimidades, o acabaremos por colgar hasta los análisis de sangre y la gente empezara a comentar tus resultados. En el mundo cibernético es más probable hablar de nada que de algo en concreto, ya que la elevada frecuencia con la que nos conectamos al mundo exterior acaba por vaciar nuestra mente hasta que ya no tenemos nada más que decir. Es entonces cuando decidimos buscar otra cosa que hacer para mantener nuestro muro activo. Y empiezan a aparecer aplicaciones para cuidar granjas, para hacer pasteles, para montar restaurantes, para cuidar a mascotas.... Y tu correo es bombardeado por invitaciones de amigos y familiares que quieren criar un cachorrito contigo, o cultivar zanahorias, o hacer un pastel para muñequitos cabezones que esperan ser alimentados en un café cibernético. Y la cosa no mejora cuando se trata de cultivar relaciones personales. Algunas personas lo llevan bien, y mantienen saludables relaciones beneficiándose de las ventajas de una comunicación  instantánea en la que no existen barreras de tiempo o distancia. Otros, acaban por someterse a la obsesiva adicción que las conexiones internautas suponen. Te acostumbras a saber cada mínimo detalle y a conocer cada instante de la vida de otra persona, que acabas por controlar todos sus movimientos, que hace, cuando estará en la red, con quien habla, quien escribe en su muro... La situación se descontrola hasta que raya en el borde del acoso virtual. Tus días se miden por las notificaciones que recibes, tu imagen está atrapada en una foto de perfil, tu popularidad se mide por el número de amigos virtuales que tienes, y sin darte cuenta el punto más álgido de tu día es ese en el que por fin ves una lucecita roja que indica que tienes un nuevo email. Pero a pesar de la facilidad que esta comunicación simultanea supone, nos seguimos ahogando en sus palabras. Los dobles sentidos, los juegos verbales, el clásico truco de "hacerse el duro" se desarrollan abiertamente hasta que ya no sabes distinguí entre lo real de lo fingido. Otro de los problemas de la comunicación escrita, pues la carencia de una expresión facial que te indique lo que la otra persona piensa o siente, acaba por dar lugar a malentendidos. 
Y es que al igual que esos días de apogeo del teléfono fijo han pasado a la historia, los encuentros cara a cara, también. Antes quedabas con personas para tomar café, ahora tienes videoconferencias en el salón de casa. Aquella esperanzadora luz parpadeante del contestador, que contenía un mensaje de vez, ha ido sustituida por un mensaje de texto indescifrable. Las sonrisas son caritas sonrientes, los besos son dos letras al final de un mensaje, las caricias son un golpe de ratón y las palabras que se atragantaban en nuestra garganta cuando manteníamos una conversación en directo, son las que ahora se atascan en un teclado y mueren en un email no enviado. Tantas opciones, tantos avances, tanta evolución a lo largo de los años, y aun seguimos guardándonos lo que realmente queremos decir. Y aunque mostremos toda nuestra vida en una página de internet, y colguemos nuestras fotos, y aireemos públicamente hasta la partida de nacimiento sin el menor reparo, seguimos sin hablar abiertamente de lo que en realidad queremos. Y es que no importa el disfraz de nuestras conversaciones, los sentimientos, temores y aprensiones siguen presentes. Por lo que o que antes no te atrevías a decir por teléfono o en persona, es lo que ahora no escribes en Facebook ni compartes en twitter. Las palabras se siguen enredando, y a pesar de la profusión de medios de comunicación, estamos entrando en la era del silencio. 

miércoles, 12 de octubre de 2011

Carrie Bradshaw ha hecho mucho daño


 En la búsqueda de la perfección, las mujeres somos capaces de desarrollar toda clase de trucos, planes y estrategias para acercarnos a nuestros objetivos finales. El hombre perfecto, el cuerpo perfecto, el "outfit" perfecto, son algunos de los griales que perseguimos diariamente. Para ello nos sometemos a tratamientos, sucumbimos a la influencia mediática de la publicidad, nos fiamos de los consejos de las revistas del corazón y soñamos con finales felices que el celuloide de Hollywood elabora cuidadosamente en la mesa de un despacho y predicamos con todos los tópicos que la sociedad se ha encargado de crear a través de prejuicios, miedos y falsas morales.  Dicen de las mujeres que son el sexo débil, que son demasiado emocionales, como si por el hecho de tener la regla pudiéramos hacer que la bolsa se hundiera. Pero cuando se trata de perseguir esa ansiada perfección que el papel couche, o las estrellas de Hollywood, o los flashes de las cámaras o las series de televisión nos muestran, no hay quien nos pare. Pero en lugar de emplear todas nuestras fuerzas en conseguir la quimérica felicidad, el equilibrio, el balance que la vida debiera ser, las empleamos en disfrazarnos, someternos, convertirnos, y hasta esclavizarnos a manos de las modas, las exigencias familiares, o los fríos dictados del reloj biológico que parece correr mas rápido cada año. Tomamos como referentes personas como la señorita Carrie Bradshaw, que entre cócteles e imposible tacones de diseño, paseaba sus agonías amorosas por las calles de Nueva York, criticando a cada hombre con el que se cruzaba porque no era el caballero perfecto que la Cenicienta consiguió. Está claro que las mujeres no tenemos que conformarnos con lo primero que se presente, que valemos mucho más que todo eso, pero el darle tantas vueltas a la cabeza, dedicar tantas horas de análisis y tantos quebraderos de cabeza sobre las relaciones de pareja, los amigos, el trabajo, la vida en general, no han hecho sino mermar nuestra capacidad para disfrutar de la vida. Ya que al escudriñar y desmenuzar cada diminuto e insignificante detalle de nuestras vidas, acabaremos encontrando algo que no es totalmente perfecto, o al menos difiere de lo que nos habíamos imaginado, o lo que nos habían contado. Todas queremos ser la protagonista del cuento, tener un hada madrina, un príncipe encantado, un trabajo intelectualmente estimulante y unas amigas con las que compartir nuestra fabulosa vida. Pero en esa búsqueda dejamos de apreciar la vida que ya tenemos, hasta hacer que nada sea suficiente. Y es que como John Lennon dijo una vez: "la vida es lo que pasa mientras haces otros planes". Y a veces estamos tan inmersas en encontrar la perfección que nos olvidamos de lo más importante, que es que, la perfección no existe. Y no es nada malo reconocerlo pues, e intento no caer en la demagogia barata diciendo esto, cada persona, con sus defectos, con todas sus faltas, con sus complejos, con aquellos pequeños detalles que no le gustan de sí mismo, cada persona, en sí misma es perfecta tal y como es. 

martes, 11 de octubre de 2011

una vida de perras

Cualquiera diria que por el titulo de este blogg, me dedico a enzarzarme con las injustas situaciones de la vida o que pretendo utilizar este espacio para empezar una amarga diatriba contra los hombres, las presiones de la moda o de la sociedad. Pues estarian en lo cierto. El asqueo producido por la mendacidad, la hipocresia, la doble y falsa moral en la que la sociedad esta sumida, me hacen sentir la necesidad de dejar un testimonio escrito de las grandes incongruencias de la vida que tanto nos afectan a las mujeres. No se trata de ecribir otra columna despechada en la que reiterarse sobre el topico de que "los hombres vienen de Marte y las mujeres, de Venus; no pretendo criticar la moda, ni establecer dictados sobre ella; ni tampoco dedicar vanas palabras a la reflexion exhaustiva sobre las relaciones de pareja. Todo ello al final no hace mas que ensuciar la mente de las mujeres, el pensar demasiado sobre estos temas no lleva mas que a la confusion. Haciendo que, al final, nos hayamos convertido en mujeres de preguntas, mujeres paranoicas, mujeres avergonzadas. Nos da verguenza ir solas a cualquier sitio, a decir lo que pensamos, a entrar en un sexshop o ir al cine solas. Y no es quiera hacer uso de la demagogia sobre la lucha por la liberacion de la mujer, o los esfuerzos que las anteriores generaciones han hecho por alisar nuestro camino en la sociedad, pero parece ser que en la actualidad hemos decidido tirar la toalla, guardar las armas, y agazaparnos tras una cortina se superficialidad que nos esta robando la personalidad. Tantos años y esfuerzo por liberarnos, por conseguir voz y voto y ahora nos econdemos tras cremas anticeluliticas, nos esclavizamos a manos de los dictados de la moda, nos entregamos a amantes que trafican con nuestros sentimientos por el miedo a estar solas y nos ahogamos en palabras que se atascan en nuestra garganta y no conseguimos decirlas. Somos enemigas de nuestra propia persona y comulgamos con aquellos que los medios, la sociedad o la familia nos dicen que es lo correcto. No soy poseedora de la razon, no tengo todas las respuestas, no tengo la vida solucionada, solo tengo la palabra, y lo mas importante, tengo una vida que vivir y nadie la debe ni puede vivir por mi. Espero que este blogg, ademas de informativo y objetivo, sea util, que haga pensar, que abra los ojos ante los problemas diarios y que a traves de la diversidad de contenidos llegue a todas esas mujeres que quieren un espacio libre de topicos y cliches, que informe de lo que interesa, que cuestione lo que no se debate abiertamente, que nazca de la actualidad, se alimente de informacion, viva en la libertad de expresion y crezca con las opiniones de todas. Hablemos de sexo, hablemos de amor, hablemos de musica, de poesia, de sueños, de vanalidades y profundidades. Hablemos de todo, porque este tambien es tu blogg. Yo escribo en Londres, donde vivo desde hace cinco años, pero sobre todo escribo desde el corazón.