martes, 10 de junio de 2014

Desayuno literario con Jorge Bucay


Me embargó la emoción mientras surfeaba por la página "atrápalo" y vi una de las más exitosas producciones del Teatro Cáser Calderón de Madrid, "los desayunos literarios". Un ciclo de conferencias informales con autores consagrados de la literatura moderna en España. El último desayuno organizado para cerrar este ciclo de encuentros matutinos, corría de la mano de Jorge Bucay. 
Autor de libros como "el camino de la felicidad" "Cuentos para pensar” “20 pasos hacia delante” o “recuerdos para Damián”, presidiría el último “desayuno” de aquel ciclo. Inevitablemente compré la entrada, tratándose de uno de mis autores favoritos.
Jorge Bucay es el hombre de las mil profesiones. Ha sido desde taxista a jugador de futbol, pero su fama llegó cuando desde su consulta de psiquiatría decidió escribir libros de autoayuda para seguir con ese proceso de curación mental que tanto hace falta a la gente hoy en día. Estudió además de medicina, diferentes cursos relacionados con los problemas mentales para hacer de sus terapias una auténtica salvación para sus pacientes. En la eterna búsqueda del rumbo vital, experimentó con otras profesiones y estudios pero finalmente se consagró como terapeuta y escritor. Sus libros han recorrido el mundo, igual que el propio autor que hace conferencias y charlas por países como Rusia, Estado Unidos y por supuesto España.
Un evento de visita obligada.
Lo que “atrápalo” no te cuenta es que estos encuentros, a pesar de ser para cualquier persona que quiera asistir, están orientados a la difusión de la lectura entre los jóvenes. Por ello no fue de extrañar que entre algunos incrédulos espectadores, se agolparan decenas de estudiantes de instituto domesticados por pacientes profesores que con sus preguntas escritas, se sentaban divertidos en el patio de butacas del primer teatro de su vida. Una excusa para saltárselas clase, que siempre resulta una gran idea.
Tras la presentación y explicación ciertamente pedante del director del teatro que dirigiría la conferencia, aun habiendo llegado de Las Vegas ese mismo día y teniendo que partir hacia Londres en unas horas, disfrutamos al fin de la presencia de “el bueno de Jorge”. El señor Bucay, a pesar de gozar de fama y fortuna, se mostró tan cercano y campechano como si de tu abuelo se tratase. Entre bromas y sarcasmos llevo la conferencia a emocionales momentos en los que incluso el público rompió a llorar.  
La búsqueda del sentido de la vida, la plenitud espiritual, la aceptación de la persona, la solidaridad convencida o la resolución de los problemas y cómo afrontarlos, fueron algunos de los temas a tratar entre preguntas del público y las propias del autor que dejaba en el aire.
Le momento más emotivo tuvo lugar durante la reproducción del video “Hand in Hand”, el cual, sin revelar detalles, es un claro ejemplo de la superación de los obstáculos que consiguió dejar a la audiencia sin palabras.
Dos horas de encentro que se hicieron cortas gracias a la amabilidad de la cautivadora voz de Jorge, que dirigió la conferencia haciendo que todo el público se emocionara con sus palabras.
Altamente recomendadas sus lecturas y sus cuentos, te llegarán al alma.


 Video "Hand in Hand"
https://www.youtube.com/watch?v=LnLVRQCjh8c


Lecturas de Jorge Bucay

https://www.youtube.com/watch?v=HnNHqyjFp0E

https://www.youtube.com/watch?v=YNC-oijCKf0

Beefeter London District, en Madrid

En un intento por empaparme de mis añorados aires londinenses, me aventuré a tomar parte en el evento " Beefeter London district". El programa previsto para la ocasión prometía. Un par de conciertos, actividades y un "lay out" original, ya que todo estaba organizado y presentado en containers metálicos de esos que se cargan en los barcos de carga. Todo luciendo el inconfundible rojo típico de tanto souvenirs y recuerdos de la capital anglosajona. Una ambiciosa propuesta que ocupó un gran espacio en el programa de noticias de una cadena de televisión en uno de esos días en los que las noticias parecen ser tan vacuas como los reporteros que las siguen. Pero la efusividad de la reportera me hizo pensar que podría disfrutar y empaparme de mi querido Londres por un rato. Ya imaginaba una cafetería donde tomar una buena taza de té, un trozo de "carrot cake", o quizá oler de nuevo el grasiento y delicioso "fish and chips". Pero nada más lejos. 
A pesar de su ambicioso programa de conciertos y actividades, sus 20 containers y la promesa de productos típicos de Londres, el evento no alcanzó a satisfacer ni de lejos las expectativas. 
Ahí, en la "estación del Norte de Príncipe Pío, ardían bajo el justiciero sol que asola Madrid estos días, unos contenedores rojos, unas sillas plegables y unas cuantas  botellas de ginebra. 
Cada unos de esos contenedores mostraba los famosos productos "vintage", que es el nombre que las cosas viejas o desfasadas han adquirido para justificar los precios desorbitados. Quimonos de diseño imposibles de usar, o de pagar; pequeños souvenirs a precio de jarrón chino de porcelana; un bar al más puro estilo chiringuito de playa con bebidas subidas de precio y escasas en alcohol y mucha pero mucha pretensión. 

Aquellos feriantes exhibían sus mercancías sudando bajo el sol, en un intento de hacer negocio o al menos de entretener a los valientes que aguantaban el calor esperando a ver el espectáculo prometido. Éste consistía en una demostración de la elaboración de unos Gintonics, que tan de moda se ha puesto. Aún recuerdo cuando mi padre tomaba un Gintonic en verano cuando estábamos de vacaciones en la playa, una bebida típica y tópica que parece haber renacido en los últimos años y se ha convertido en lo que ahora llaman "trending topic". La cultura del Gintonic, no trata de ofrecer simplemente una bebida refrescante sino de introducir al consumidor casi en una filosofía. Ahora en los bares de Huertas hay que ver una carta de Gintonics, elegir la ginebra, la tónica, la fruta, las especias y hasta el color de la pajita. En fin, otra de esas modas pasajeras que ahora parece estar muriendo a manos de los mojitos, a los que seguirán las caipiriñas o alguna otra genialidad envuelta por algún ingenioso publicista. 
A parte de semejante despliegue para satisfacer a los paladares más expertos, o a los gorrones más enterados en las cosas gratuitas que ofrece Madrid, Algunas actividades como los retratos o la música, hacían soportable el sofocante calor. 

Aparte de ello, una gran decepción por la escasez de variedad, los precios elevados y la pretensión de los que intentaban colocar sus exquisitos productos a precios fuera de lugar. 
Otra muestra de lo engañosa que puede ser la televisión, que magnifica cada evento dando publicidad al mismo. Al final sucede lo mismo que en los restaurantes de comida rápida, "cualquier parecido con la foto es pura coincidencia".

Tendré que volver a Londres pronto, pues es inimitable.   


lunes, 9 de junio de 2014

La vida es sueño, teatro Victoria

Emplazado en el corazón de Madrid, en la singular calle del Pez, el teatro Victoria abre sus puertas a todos aquellos sedientos de cultura a precios asequibles. Claro que la razón de precios tan adaptables a cualquier bolsillo, reside en la simplicidad del lugar y la notable falta de medios que sus actores saben compensar con buenas representaciones de las obras "de toda la vida". Un elenco, poco conocido, que mezcla a actores con sobrada experiencia, con otros más jóvenes que saben aprovechar los escasos medios de los que disponen para proponer sencillas pero impactantes puestas en escena. 
Obras interpretadas bajo las luces de la tradición desarrolladas con la innovación propia de las compañías más alternativas. 
Su última apuesta "La vida es sueño", es representada, producida y dirigida por los que mismos que a su vez revisan los textos, los versos y asisten al director. Una especie de familia que va cambiando de traje, posición y texto para llevar a cabo una representación bastante diferente de lo que uno puede esperar de una obra de tal reconocimiento. A pesar de los escuetos, o casi inexistentes medios con los que cuentan que apenas dan para un par de sillas y un candelabro durante toda la obra, los actores representan con agilidad y encanto personal los famosos versos de Calderón, consiguiendo, como era de esperar por otra parte, que el público murmure "y los sueños, sueños son", al tiempo que el actor. 
Segismundo, representado por Sergio Requis, hace un espectacular papel en esta obra. Haciendo que incluso los más jóvenes e imberbes allí presentes, permanecieran atentos al espectáculo. 


Como suele pasar con los espectáculos de bajo coste, la afluencia de adolescentes arrastrados por profesoras bohemias, es inevitable. Dejando aparte el público, que pasó la mayor parte del tiempo mandando "what´s apps" y el hecho de que el teatro es tan grande como la sala de juntas de algún edificio de la capital y la "cafetería" es una máquina de bebidas,  La obra consiguió satisfacer a todos y recibió el aplauso general. Para más información visitad:

http://www.teatrovictoria.net/

lunes, 2 de junio de 2014

feria del libro

La feria del libro este año abre sus puertas con la amenaza del Ebook sobre las cabezas de sus casetas. Son tiempos difíciles en general para la cultura, so sólo por el abusivo IVA que grava sus productos, sino por ese apogeo tecnológico que llena nuestras vidas de hedonismo e instantaneidad. Libros electrónicos, plataformas sociales, mensajes de twiter que bombardean nuestros teléfonos, comunicación en internet y silencio entre las personas. Son algunos de los avances que nos hacen "des avanzar". Parece casi quimérico pensar en encontrar a alguien disfrutando de un libro en el parque, o un poco de buena música o un coloquio literario. Por ello es refrescante ver y participar de eventos culturales que, quizá porque son gratis y atraen a algunos famosos, aúnan a gente de todas las clases y condiciones en un intento por empaparse de esa olvidada cultura. 
La Feria del libro congrega cada año a algunos de los autores más aclamados del panorama nacional y a algunos del internacional que dedican algunos minutos a firmar sus libros. Haciendo así, que se forme colas de varias horas con todos aquellos que no se han rendido a la generación "e", que han dejado sus "targets en casa y han decidido pasar una tarde en compañía de las palabras. 
Espectáculos para niños, a la vieja usanza que dirían las abuelas. Teatrillos de marionetas y títeres, lecturas de cuentos y globos para arrancar las sonrisas de los más pequeños. Iconos de la televisión, como algunos osan a llamarlos como Mario Vaquerizo se suben al tren editorial y firman ejemplares entre humo y cerveza. 
Casetas luciendo sus mejores iros, o al menos los más vendidos; curiosos que ven a la gente agolpada en una caseta y se detienen a captar esa instantánea de alguien que han visto en la tele. Sabina aparta el humo de sus cigarrillos para dejar caer una confusa firma sobre algún disco o página impresa; jóvenes promesas que se emocionan con cada lector que les visita y conoce; autores consagrados que preferirían estar en algún café entre amigos pero que se deben a sus público y editor y aguantan el calor de la casera estoicamente mientras regalan sus autógrafos. Usuarios de Facebook que no esperan ni un segundo para subir la foto de su ídolo. Sea como sea, entre palabras y granizados de limón, la feria cuenta con el calor de los lectores, los rayos del sol, la armoniosa melodía de pájaros distintos de las sucias de palomas de la  ciudad. Un paraje incomparable para enmarcar este pequeño guiño a la traición más hermosa de todas. Leer. 

Y allí, entre el humo de Sabina y las cervezas de Vaquerizo, aparece uno de los autores más aclamados a nivel internacional que consiguió enamorar a jovencitas de todo el mundo con sus personajes macarras con los que todas las chicas han soñado alguna vez. Federico Moccia. Aparece con su inconfundible gorra azul, con aire de acabar de levantarse de la cama y con la seductora expresión de quien nunca ha dejado de enamorar a féminas. Simpático, agradable, dispuesto a pasar el tiempo necesario con cada "fan" sacándose fotos, firmando y hasta chapurreando alguna palabra en castellano. 
Aunque quizá la cercanía, el encuentro con alguno de tus ídolos puede hacer que le veas menos grandiosos de lo que son. Es en esos momentos cuando te das cuenta de que en el fondo son sólo seres humanos, que todos podemos ser iguales, que nadie es perfecto por muy famosos que sean. Por ello, una vez que esa idea, o ideal, desaparece, sólo la desnuda palabra permanece. 
La palabra, capaz de dejarte sin habla, sin aliento. Capaz de emocionarte y mantenerte pegado al libro que tengas entre manos. 


"uno es dueño de sus pensamientos, pero esclava de sus palabras"

http://www.ferialibromadrid.com/

https://www.facebook.com/FedericoMocciaOficial?fref=ts