jueves, 15 de diciembre de 2011

this is not a good bye, it's only a see you later my love!

My dear, my friend, my love... I have to start saying this is not a good bye, it's only a see you later. I think we both know we need a bit of time apart. We just don't want the same things at this point. Everything is happening so quickly I can barely digest all the these changes. It seems as if you were almost punishing me for the choice I made. I don't know how to take it, if it is an omen of what's gonna happen if I go, or you are just trying to send me off the sooner the better. Either way, the time is up. I'll be gone before you know it and all these little fights we're having now will be part of our history together, but no longer the present.
I don't regret the time next to you, because I really believe that you learn from everything. And, as they say, each mistake, each disappointment, it's not a step back, only another step. That's life, isn't it? a long way made of steps towards a dark end. But knowing this, the only possible way to walk that way is enjoying each step, each turn, each choice, and trying to find the best way to walk. This is not always easy, as you widely showed me several times. At some point you made things so difficult for me, that being with you, it was no longer an option. I don't want you to think this is an end, or this makes me a quitter, or that our paths will be separated forever. Not at all, I'll get back to you, at some point. I don't know when, but I'll come back to you.
All I know is I'm gonna miss you. I'll miss you very much, as you've been part of my life. You showed me friendship, you showed me love, you showed me what hard work means, but you also showed me how it feels to be happy. I've been really happy with you but,... I'm afraid that is no longer the case. And as I don't know how to tell you this, I could only put it in poetry......

I won't miss your anger,
 when you explode like a storm of light.
 I won't miss your changes,
those you constantly seem to have.

As if you were summer in the morning,
and an awful winter at night,
you tainted my days with sun
and most of the nights, with ice.

I won't miss your crowds
those hordes of people around
the stress you show in your eyes
the lateness all year round.

But I will miss your face
covered with the lights of dawn
or your eyes of white lace
home of the smallest swans.

I'll miss the red of your cheeks
or the light brown of your eyes
I'll miss the sun on your smile
even when  they are so shy.

I'll miss your refreshing winds
bringing the smell of spring
I'll miss the diversity of your talk
and the rhythm of your walk

But even though I'll miss you
I can't stay by you side
I might regret this decision
but right now, I need to say good bye

Actually it's not a good bye,
because I'll come back to you
My love, my dear London
I promise, I'll never forget about you!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Mi libro ha llegado!!!


Ha llegado y es precioso, se parece a su mamá. Eso es lo que me han dicho mis amigos y familiares cuando han visto la portada de mi libro. No tengo hijo y la llegada de mi primer libro publicado ha sido casi como la llegada de un bebe, y esperemos que traiga un pan debajo del brazo. Lo sé, lo sé, no es justo comparar un libro con un niño, pero ha sido algo que he esperado tanto tiempo, que me ha costado tanto esfuerzo y que ha supuesto una alegría tan grande que no puedo más que compararlo con el sentimiento que deben sentir esos felices padres primerizos ante la llegada de un nuevo miembro de la familia. 
Tampoco puedo resistir la tentación de utilizar este blog como mi propia plataforma publicitaria para hablar de él. Aquello que leéis mi blog, y que espero que hasta ahora no os haya defraudado por ahora, podéis imaginar el tono del libro. A grandes línea hablo de la mujer, de su papel social en la actualidad, de la influencia de la moral o la familia o la pareja en las decisiones que tomamos todas. Un ensayo, totalmente parcial, que lejos de intentar convencer a nadie de una u otra postura, solo intenta mostrar algunos hechos de la vida cotidiana por los que todas hemos pasado, cosas que todas hemos vivido. Esos miedos, esas dudas, esas preguntas que nos pasan por la cabeza a diario hasta convertirse en obsesiones y horas de análisis son tratados en el libro. No sé si doy las repuestas apropiadas o si consigo dar algo de luz a esas oscuras situaciones, pero mediante la explicación y el análisis intento al menos mostrar un punto de vista que a veces es difícil de explicar pero que en el fondo todos tenemos. Pues las inseguridades, el miedo, las dudas, la falta de valor, la culpa, el arrepentimiento, son sensaciones que todas experimentamos pero que  muchas veces no nos atrevemos a reconocerlo. Así que al menos, a modo de consuelo, intento hacer que la gente se identifique con los temas que trato y les haga pensar un poco. Pues más allá de todos esos problemas del día a día, siempre se puede encontrar otro camino para seguir adelante con nuestra vida. Y dejo muy claro que nuestra vida es solo nuestra, nadie la va a vivir por nosotros ni nadie debería tener derecho a dirigirla o mandar sobre ella. Espero que lo disfrutéis, aquí os dejo el enlace. Por cierto ese es mi nombre real, que para el primer libro me pareció más apropiado que el pseudónimo. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cuéntame cómo pasó

Tengo que reconocer que estoy enganchada a un programa de televisión que nunca pensé que me podría encandilar tanto. Estoy enganchada a "cuéntame". Desde el frio Londres, donde las noticias internacionales tienen la proyección de Victoria Beckham de cantante, la única conexión con el mundo real es internet. Navegando un día por la red en busca de algo de actualidad española topé con la página de Radio Televisión Española que además de noticias ofrece todas sus series. Para mí, que en esto de la tecnología tengo menos idea que mi abuela, era toda una revolución. Una conexión con el pasado y el presente de mi paso a través de la red. En fin, divagaciones a parte, vi que estaban disponibles todos los capítulos de cuéntame, todas sus temporadas, y no pude evitar sentir cierta nostalgia al verlo. Cuando vives fuera de tu país, pues ya son cinco años de aventura inglesa los que me tienen alejada, es inevitable que se despierte cierto patriotismo que nunca pensabas que tenias. Es por ello que celebras el mundial con una camiseta de España y te bañas en la fuente de Trafalgar Square en la final del mundial, o introduces el tapeo a todos tus poliglotas amigos, o te entra la nostalgia cada vez que piensas en tu país. Cualquiera que me ha conocido me habrá llamado en un momento u otro "roja" a lo que siempre he dicho "a mucha honra". Por ello el decir que siento cierto patriotismo o nostalgia hacia España puede resultar chocante. Lo que me hizo pensar en cómo se tergiversan las cosas en la vida. Naturalmente decir que estas orgullosa de ser española te cuelga el San Benito de facha, o de derechas, o lo que sea. Cuando el echar de menos a tu país y sus costumbres no es otra cosa que una señal de que en España no se vive tan mal. Quizá esto suene aun más chocante dadas las actuales condiciones en las que el país se encuentra, pero cuando ves lo que sucede en Europa, las cosas no te parecen tan graves. Mas allá de la crisis en la que muchos países se encuentran sumidos, las costumbres, el trato con los demás, las condiciones de trabajo o los pisos en los que se vive en el resto de Europa y en especial en el Reino Unido, hacen que vea a España mucho mejor de lo que la gente se empeña en creer. Los ejemplos son infinitos y después de haber pasado 5 años de duros trabajos en eta pérfida Albión, no puedo sino dejar constancia de ello. Hace poco que he dejado el trabajo, por motivos morales más que otra cosa, y un amigo me pregunto si tenía derecho a finiquito o paga o paro. Bien, la respuesta es no. tan simple como que el último día de curro te dicen adiós y te vas a tu casa. Aquí el paro te da apenas para pagar el transporte semanal y te puede llevar hasta 3 semana conseguir que te lo den, y todo para que cada quince días te manden 60 o 70 libras y ahí te las apañes. Lo peor es que cuando dimites no tienes derecho ni a eso. Lo el finiquito no saben realmente lo que es, te pagan las vacaciones acumuladas hasta la fecha y ya está. Las horas extras no se pagan, no hay prorrateos, no hay pagas extraordinarias, no te pagan las bajas por enfermedad. En fin que al final la mayoría de la gente vive una vida de jornalero. A eso le sumas una media de 40 libras semanales de transporte a la semana que te permitir viajar desde los extrarradios en los que vives hasta el centro donde trabajas; los alquileres imposibles, las cuotas de la universidad pública que ascienden a nueve mil libras al año, las tasas e impuestos que pagamos que llegan a ser de más de 500 libras al mes; y un largo etc. Todo ello recogido en artículos de periódico que, basándose en los últimos estudios, el Reino unido tiene unos de los peores niveles de calidad de vida de Europa. Claro que esto lo suelen solapar con ese orgullo patrio del que todos hacen gala por ser diferentes de los demás, a pesar de que para toda Europa ellos sean los raros.  Aun así, cada vez son más los españoles que persiguiendo el sueño de una vida mejor, se montan en un avión y vienen a Londres para hacerse hueco en el mundo. Y que encuentran, pues eso, la misma crisis, los mismos problemas, el mismo racismo y la misma desigualdad, solo que aquí es a la inversa. Viviendo en Madrid, he oído toda la vida a la gente quejarse de los inmigrantes, que quitan el trabajo, que se comen la seguridad social y que solo traen problemas. Viviendo ahora en Londres me reafirmo en decir que la gente no tiene ni idea de lo que dice. Aquí yo soy el inmigrante y soy tratada como tal, y en muchos casos no me dejan que lo olvide. Si me oye hablar en inglés no notarias que soy española, y aun estando acreditada con títulos y carrera sigo siendo una extranjera que no merece los mismo beneficios que los orondos del país. Y no es que sea mi caso particular, es el de muchos compatriotas que las pasan canutas para sobrevivir en la ciudad. Aquí los ingleses, no todos obviamente, se creen muy superiores a los españoles, a lo que consideran gente de toros y peineta. Se comen nuestras tapas, convierten nuestras playas en "raves" cada verano, y explotan a sus habitantes en los trabajos hosteleros. Pero no se nos tiene ningún respeto. Y ahora me veo defendiendo ante gente inglesa y estirada que yo he venido a trabajar, que pago mis impuestos y que tengo los mismos derechos que cualquier otra persona. ¿Os resulta familiar? el eterno debate de la inmigración que siempre es un tema candente en cualquier programa político. Un tema que resulta muy útil para justificar la crisis en el caso de que la oposición quiera meterse con el gobierno, por ejemplo. Pero ahora que me siento tan identificada con los inmigrantes de los que tanto la gente se queja, no puedo dejar de pensar en lo injustas que son las opiniones de aquellos que no saben de lo que hablan. Una vez más poniendo de manifiesto que la ignorancia es letal para el pueblo. 
Aquí si no fuera por los "inmigrantes" como yo, el sector servicios dejaría de existir, especialmente el hostelero que sobrevive gracias a todos los extranjeros que trabajan, que hemos trabajado, por menos de seis libras la hora haciendo cafés o poniendo copas y aguantando a capullos que preguntan "de donde viene tu acento" o "España es la capital de Madrid" o si "Barcelona es la capital de España", por cierto esto es verídico. 
No se puede generalizar está claro, pero me enciendo cuando veo al BNP (partido nacionalista en Inglaterra) que se queja del daño que hacen los inmigrantes a un país. Y encima ahora que el presidente Cameron baraja la posibilidad de salirse de la unión Europea, hace pensar que es una estrategia para tener más libertad para librarse de aquellos que para el sobramos. En fin que sea por la crisis o no, el caso es que entre impuestos, subidas de precios, malos trabajos y despotismo, nos tienen ahogados. Y ni si quiera podemos regar las penas con copazos como los de España, que encima aquí las copas son de risa y un cubata española equivale a cuatro de aquí. En fin que la situación esta jodida en todas partes, y como decían las abuela "en todas partes cuecen habas". Y sobre todo que en un mundo tan grande con tantos miles de millones de personas poblándolo, no se puede generalizar y que aquellos que tanto parecen perjudicar a un país, quizá le están haciendo un servicio. Solo con un poquito de tolerancia y algo más de información mucha gente abriría un poco los ojos. 
En "Cuéntame" luchaban y se manifestaban por vivir en libertad, por un país mejor, por un país libre y sin censuras ni injusticias franquistas para eliminar la represión del régimen, y ahora que tenemos libertad de vivir en comunidad, de aceptarnos, de respetarnos y de que cada uno vive libre de prejuicio y represiones, estamos sometidos a la reprobación publica de aquellas mentes ignorantes que siguen juzgando a los que no son como ellos. Y es que a pesar de estar en un nuevo milenio, a pesar de haber convertido el mundo en una maraña internauta donde la tecnología es un miembro más de la familia y la información es abierta y está al alcance de todos, siguen existiendo aquellos que aun viven en "Cuéntame" y defienden las diferencias sociales o no luchan por erradicarlas. Por ello es necesario que de vez en cuando al menos, nos olvidemos de nuestros pequeños problemas, y salgamos de ese ecosistema en el que vivimos y recordemos que por encima de ideales políticos, color de piel, nacionalidad o gustos, somos seres humanos. Al fin y al cabo, una misma especie. Una especie, humana, que debería defender sus derechos comunes y luchar por una convivencia pacífica en la que no exista color ni bandera, solo humanidad. Y que siempre hay alguien que lo pasa peor, al menos eso debería ayudarnos a valorar lo que tenemos. 

Utopía


Si Tomás Moro levantara la cabeza y viese lo distante que este mundo se encuentra de u idílica Utopía, volvería a caer en el hoyo espantado. Y es que en estos días electorales en los que las crisis, de deficiencia de empleo, de ideales político que rara vez llegan a convertirse en realidades, es casi inevitable que hasta los mas escépticos, los mas despegados, los mas apolíticos se impregnen del espíritu electoral que ha tomado posesión de las televisiones, los periódicos, las vidas en general y sobre todo nuestras mentes. Cuando se habla de política, la primera imagen que nos aparece en la mente es la de sus representantes físicos. Esos hombres y mujeres vestidos de trajes caros que hablan de muchos  proyectos, prometen muchas cosas, y dibujan un modelo de prosperidad para el país al que representan diseñado para captar los votos de sus semejantes. Pero ninguno de sus programas electorales se basa en hechos consumados, ni tienen prueba de que aquello que pretenden se vaya a cumplir, ni pueden ofrecer garantía de éxito en esos planes ambiciosos que prometen. Pues, al final, igual que las promesas que nos hacemos a nosotros mimos, o a nuestras parejas, o a nuestro amigos, las promesas se rompen; y esos utópicos modelos de gobierno que pretendían traer trabajo, prosperidad y paz a un país se ven sesgados por la oposición, por las crisis, por el paro y por la actitud contraria con la que los políticos tienen que luchar. Quizá sea ese el mayor problema, la actitud que todos tenemos ante la política. En la vida cotidiana, nos preocupamos de gobernar nuestro pequeño mundo. En hacer las cuentas de la casa, en ir a trabajar y ganarnos el sueldo que siempre nos parece escaso, en divertirnos los fines de semana con los amigos y planear las vacacione del verano que tan ansiosamente esperamos desde el primer día de trabajo. La implicación política o la preocupación de estado son directamente proporcionales al nivel de estabilidad en un país. Cuando las cosas van bien, cuando tenemos dinero en el bolsillo, cuando pagamos las letras de la hipoteca a tiempo y las cosas parecen estar en calma, nuestra conciencia política se adormila. En cuanto hay problemas o algo no nos satisface plenamente, nuestro espíritu de lucha se reaviva de repente y nos convertimos en pasionarias en la lucha contra el sistema. Parece lógico pensar que cuando las cosas van mal, hay que quejarse. Y cuando todo va bien, hay que callarse. Porque al fin y al cabo, lo que realmente nos interesa en la política es que, sea el régimen que sea, nos prometa que nuestro pequeño mundo se ajuste a nuestras necesidades, a las privadas no tanto a las necesidades colectivas. Y no es que seamos egoístas pero en el mundo en el que vivimos, con tantas desgracias, con tantos problemas, es inevitable que a veces metamos la cabeza debajo del ala del conformismo. En ningún programa político en plena campaña se habla de ayuda al tercer mundo, de las accione ecologistas que se deberían llevar a cabo, del racismo que cada vez esta mas presente en las ciudades, de la falta de libertad de expresión, de la forma en que la gente te juzga como si en época de Franco nos encontráramos. Esos temas serian considerados pura demagogia inútil. Pues lo único que interesa es hablar del empleo, de la prima de riesgo, de los tipos de interés, de la crisis del euro, en fin, del dinero. Todos esos términos de los que hablan en los periódicos  que solo unos pocos logran entender. Esas personas cultas que parecen haber tenido de padre a un diccionario y conocen todos los términos y acepciones de cada afirmación, de cada palabra. Cuando para la mayoría lo único que importa es que nos digan si vamos a tener dinero y trabajo o no, sin tecnicismos, sin demagogias, sin interpretaciones de leyes, sin esa pomposidad que los políticos emplean como si fueran catadores de vino. Igual que en una cata en la que te distinguen hasta el color de los ojos del que recogió las uvas de la parra, los políticos se empeñan en hacer complicadas las cosas más simples perdiendo así la confianza de sus seguidores que, perdidos entre tantas vagas palabras, al final no saben ni lo que están votando. Pues para el ciudadano de a pie solo existe el blanco o el negro, vino tinto o blanco. Y es que cuando tenemos el bolsillo lleno, cuando nuestra familia tiene sus necesidades cubiertas, cuando no hay algo que nos afecte directamente, la política deja de tener tanta importancia y nuestra implicación en ella merma considerablemente. Quizá nos estamos haciendo unos conformistas o egoístas o simplemente velamos por los intereses inmediatos de os que nos rodean y nos abruman los intereses mundiales por su magnificencia o lejanía. Pero de vez en cuando conviene recordar que, aunque teniendo nuestros bolsillos llenos, o incluso aunque estén vacios, siempre hay gente pasadlo peor; que no por el hecho de que nuestro partido gane, las desgracias se han acabado, y que mientras los representantes políticos debaten desde sus atriles como si de un patio de colegio se tratara, existen problemas que aun están por solucionar. Y quizá el modelo de Tomas Moro no tendría cabida ahora, pero se puede aprender de él. Y se puede luchar, de forma individual o colectiva por conseguir que este mundo sea un mejor lugar para vivir. Un mundo en el que se comparta, donde nadie sea superior a nadie, donde se ayude al que lo necesite y se aprenda a vivir con lo necesario y no con lo superfluo. Eta claro que como su propio nombre indica, esto es solo una Utopía, que difícilmente podríamos renunciar a esos pequeños caprichos que nos hacen la vida más fácil. Quien podría vivir in internet, sin coche, sin casa en la playa, sin vacaciones o ropa de marca o lo que sea en que cada uno se gaste su dinero. Pero si por algún momento se os pasa por la cabeza ajustar la vista y mirar un poquito más lejos, aquí os dejo unas páginas en las que se puede colaborar de forma activa con aquellos que intentan acercar este mundo tan loco a esa soñada Utopía.

www.intermonoxfan.com
www.caritas.es
www.cruzroja.es
www.osjam.org.uk
www.msf.es

Felices elecciones, felices donaciones, felices aquellos que dedican su tiempo a hacer felices a los demás.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Las palabras tienen un poder silencioso


 Las palabras tienen un poder silencioso. Lo que dices, lo que te dicen, lo que te callas, todo ello son un conjunto de algo más que letras. Son intenciones, dobles significados, malas interpretaciones, juegos y sentimientos enredados. Lo mismo te sucede con los blogs, que mas allá de ser un muro cibernético en el que expresarte con claridad sobre lo que te dé la gana, se convierten en una poderosa arma de doble filo y como no escribas con cuidado te puedes cortar. Gracias a ese enmarañado sistema internauta en el que todos navegamos, cada espacio, cada página, enlace, plataforma etc. pueden estar conectados entre sí. De forma que aquello que escribes en twitter, se publica en facebook, aparece en my space, es seguido en tu blog, mandado por email a un amigo que lo convierte en menaje de texto y se lo envía a tu hermana que se lo acaba comentando a tu madre. Está todo tan intrínsecamente conectado que no te vale de nada bloquear a ciertas personas de tu facebook, entiéndase por ciertas personas a los ex novios o las madres, porque de alguna forma la información que pongas en internet llegara a los más recónditos oídos. Aquello del mensaje en el contestador, de la postal desde la playa o la llamada a cobro revertido son sistemas tan obsoletos que han quedado relegados a los capítulos de Cuéntame. Por lo que llegado a este punto en el que empiezo a recibir privados preguntando si lo que escribo es verídico, si está relacionado con alguien en particular, si los hechos han sucedido como los cuento, he de decir que ni si, ni no, sino todo lo contrario. Lo dejo a la imaginación del lector. Y que cada uno se quede con lo que quiera. Pero este tema me hizo preguntarme si no estamos pasando los límites de la libertad de expresión. Gracias a la profusión de las diferentes redes sociales, conocemos más de la vida privada de los demás que de la nuestra propia. Acabamos ligando cada acontecimiento a Facebook, cada pensamiento es compartido en Twitter, cada rayada de cabeza es discutida en tu blog. Y cuando por fin tienes una conversación cara a cara con alguien implicado físicamente en tu vida, parece que las palabras se atacan en tu garganta. Ya sea por miedo o por vergüenza o por no saber articular sin la opción del diccionario del móvil, no te atreves a decir lo que piensas a la cara de nadie. Pero, eso sí, tu estatus de Facebook siempre esta actualizado, tus fotos están subidas, tus blogs están escritos. ¿Nos estamos relacionando realmente con tanta navegación o solo nos estamos hundiendo en el silencio? Te vas de vacaciones y solo sacas la cámara pensando en las fotos de perfil tan buenas que te van a salir, vas de fiesta y  compartes hasta el numero de copas que te has tomado; acabas como las grecas tirada en una esquina y toda la comunidad internauta debe saberlo; tienes resaca por la mañana y hay que compartirla también, pues de qué sirve tenerla sino es para alardear de que es fruto de una pedazo de juerga que te corriste la noche anterior. Dicen que el que no sabe enseñar, hace; y el que no sabe hacer algo, enseña. Estamos acaso llegando a un punto en el podemos decir, quien sabe vivir, disfruta; quien no vive, facebook. El poder de internet y la calidad que puede aportar a nuestras vidas es indiscutible. Puede usarse como medio de promoción, como plataforma publicitaria, como herramienta de Marketing, etc. Algo especialmente útil para aquellos que no han decidido venderse a los carroñeros programas de televisión, y solo quieren enseñar su arte al mundo. La información está al alcance de todos, internet ayuda a los niños en los estudios, revolucionando los trabajos de documentación, la simultaneidad de comunicación que te permite, no solo obtener información y respuestas en tiempo real, sino hacer compras, hacer negocios, estar enterado de todo lo que sucede en la sociedad, como una ventana al mundo en la intimidad de tu salón, con algunas de las ventajas que el buen uso de internet proporciona. Pero ¿cómo saber donde eta el límite entre lo que es bueno o normal y lo que empieza a ser un comportamiento de alto riesgo? quizá la clave está en el número de veces que compruebas tu correo electrónico, la cantidad de fotos que subes, cada vez mas provocativas, el numero de "amigos" que tienes en facebook, aunque no te hables con la mayoría desde hace años, o la frecuencia con la qué practicas "net sex" a distancia. En fin, que es lo normal es una difícil pregunta y yo no sé la respuesta, solo pretendo lanzar esta cuestión al vacio. Por ahora, me voy a actualizar mi estado de facebook, que hace ya un rato que no me conecto. Happy net! 

martes, 8 de noviembre de 2011

Devoción o desesperación


"puede que el universo no siempre juegue limpio, pero desde luego que tiene un gran sentido del humor" otra de las perlas sacadas de la conocida serie "sexo en Nueva York" que durante años ha sido mi religión, así como la de muchas mujeres que secretamente se veían identificadas en sus historias. Cuando hablamos del futuro, es difícil hacerlo en términos absolutos, ya que, por mucho que intentemos controlarlo, jamás lo conseguiremos. El futuro no está escrito, a pesar de nuestras muchas encomendaciones a sus deseos.  Hay quien se fía o se cree las famosas leyes de Murphy, que básicamente vienen a decir que nada te sale como lo has planeado, que por mucho que te esfuerces en hacer que la vida baile con la música que tú eliges, hay factores físicos que te hacen cambiar de canción sin previo aviso. Lo que convierte cualquier existencia en la opción aleatoria del Ipod. Empiezas escuchando una canción pero no puedes saber cuál será la siguiente.

Hay quien postula con las predicciones divinas y creen que su destino está regido por los dictados de cierta religión, o Dios, o profecía. Siempre he concebido a Dios como un jugador de rol que se entretiene moviendo sus fichas, o sus participantes a su antojo en un tablero cósmico hasta que decide que su partida ha terminado. Las religiones, sean cuales sean sus preceptos, bases o doctrinas, coinciden en algo: están basadas en el miedo. Por lo que un líder espiritual que predica cierta religión, en un intento de mantener a sus corderitos en el rebaño, suele valerse del miedo de las personas a lo desconocido, a la muerte o al dolor,  más que del amor y la bondad con la que predican, para alimentar la fe de sus fieles. Y no es acaso la base de cualquier creencia. Más allá de las preferencias religiosas, las personas somos capaces de creernos cualquier cosa que nos proporcione un atisbo de seguridad, o una respuesta a la eterna pregunta que nos acecha a lo largo de nuestra vida; que pasara en el futuro, que ocurrirá en mi vida, el clásico "qué será, será?".

 La incertidumbre ante los posibles futuros acontecimientos, sumada a la impaciencia por conocer el desenlace de cualquier situación hacen que leamos cada mañana el horóscopo en el periódico, visitemos videntes, nos limpiemos el aura, estudiemos el karma y analicemos cada acontecimiento, cada frase, cada error, intentando encontrar la conexión divina en ellos. Pero basándonos en la creencia de que todo esta escrito, que no tenemos poder sobre nuestro futuro y que no importa lo que hagamos pues las memorias de nuestra vida ya han sido publicadas en un catalogo cósmico, ¿de que sirve lo que hagamos? ¿de que sirve dolerse por los errores cometidos que nos apartan de cierta persona cuando quizá, simplemente no estábamos destinados a ella? de que sirve hacer planes de futuro si alguien lo ha hecho por nosotros? o porque molestarse en pensar cuál es el mejor camino a seguir si alguien ha dibujado nuestros pasos previamente? 
Es curioso como cada vez que las cosas nos van mal, culpamos al destino o a la providencia y a sus inescrutables caminos en un intento de encontrar una explicación a todo lo que va mal. Y a partir de ahí, construimos nuestras propias teorías de porque las cosas pasan. "todo pasa por una razón" cuando una puerta se cierra, se abre una ventana" no era lo que me convenía" "if it's not meant to be,..." y un largo etcétera para evadir la culpa, para no admitir que quizá esa culpa es solo nuestra, o simplemente que la vida sigue su curso y no tiene por qué haber una razón para todo lo que en ella sucede. 
Otra cosa curiosa sobre la devoción de la que hacemos gala es que cuando todo nos va bien, no se nos pasa por la cabeza pensar que es ese destino, esa religión o providencia quien de algún modo nos lanza un regalo. Todo lo bueno que sucede es fruto directamente de nuestro esfuerzo, nuestro buen juicio, nuestra propia valía para conseguir lo que nos proponemos. Contrariamente a lo que sucede cuando la vida se presenta de forma diferente a lo que habíamos esperado de ella. Entonces, la culpa no es nuestra, es simplemente un castigo karmico del que no hemos podido escapar, o alguna reminiscencia de una vida pasada que dejamos con asuntos inacabados. “Porqué tenemos esa necesidad de pasar de la confusión al confucionismo” porque hay que encontrar una explicación a todo lo que sucede, aprender algo de cualquier revés o relación fallida. Y más aun, porque tenemos que conocer todas las repuestas a esas preguntas sobre el futuro, en lugar de disfrutar del presente que pasa ante nuestros ojos.

Es fácil decir que hay que disfrutar el momento, no preocuparse ni plantearse el futuro, no comprometerse a nada que no sea el presente. Pero en el momento en que los sentimientos de alguien están en juego, dejamos de creer en el utópico "Carpe Diem" para convertirnos en carne de vidente, o de horóscopo, o de cualquier predicción que nos de tranquilidad y seguridad sobre el incierto futuro. 

Buscar algo en lo que creer que mantenga altas nuestras miras, que perpetué la ilusión por la vida ante los excitantes acontecimientos que vendrán, es una vía de escape que nos evita pensar en el biológico final que a todos nos espera. Claro, que solo funciona cuando esas predicciones son buenas, cuando oímos lo que queremos oír. Pues un mal consejo, un mal augurio, e incluso un mal horóscopo escrito por algún becario aburrido, consigue ponernos alerta sobre lo que podría pasar e incluso a la defensiva ante la visión de aquello que se supone que va a ocurrir. Por  lo que realmente, en que nos ayudan todas estas elucubraciones que no nos dicen mas que no importa por donde andes, porque tu camino ya está delimitado.   Pues si te fías de tantas predicciones, horóscopos o señales absurdas o incluso de lo que tú crees que va a suceder, te autosugestionas, te predispones para ello, aunque no tenga nada que ver con la realidad.
 El horóscopo te dice que alguien te va a traicionar, y sin darte cuenta te conviertes en una jugadora de “Cluedo”, mirando a los demás de forma diferente pensando en quién será el traidor; te dicen que tu pareja tiene un secreto y le practicas el tercer grado porque automáticamente piensas que te los pone con otra; te dicen que tendrás que controlar tus finanzas y te haces tacaño hasta con tus colegas. ¿Somos realmente tan simples que encomendamos nuestra vida a una absurda predicción de periódico sensacionalista? no será hora de mandar al destino a tomar por culo, antes de que alguien te mande a tomar por culo a ti y te quedes hecha pedazos.

domingo, 30 de octubre de 2011

la moda moderna

y se ha convertido en pequeñas piezas que parecen haberse incrustado en todas las chicas londinenses. Cuando vine aquí hace 4 años, las cosas no eran así. La gente vestía normal, o al menos acorde con las actividades de cada día. ahora todo lo que se ve son Stilettos y zapatos de tacón alto como andamios incómodos hasta hacer sangrar los pies. Que fue de las sandalias plana de dedo, de los zuecos, del calzado cómodo en general? ahora las zapatillas deportivas llevan plataforma, los tacones han crecido diez centímetros y esta de moda llevar botines con falda y sin medias en pleno invierno.
Las faldas se acortan, los colores y estilos se mezclan y sin importar tu talla, altura, peso, edad o necesidades, todas las chicas están empezando a seguir la ley del "todo vale". Y en que deriva esto? en ver a chicas en minifalda y tacones de aguja en el parque, vestidas de fiesta en el supermercado, pintadas como puertas para ir al gimnasio y cosas así. el dia a dia ha muerto, ahora todo es fashion!!
Al igual que los carteles anunciando la Navidad, cada vez aparecen mas pruebas y muestras de ello. y al igual que en Septiembre aparecen los anuncios, carteles y promociones navideñas en lo escaparates, en lo que se refiere a moda están todo el año. Por eso no es difícil encontrar entre viento y frió, sandalias de tacón en pleno febrero en un escaparate; o bien, minifaldas y vestido cortos soportando las lluvias de octubre tras el cristal de u vitrina. Las mangas son voluminosas; los estampados, llamativos; el marrón y el gris de las colecciones otoño-invierno, ha muerto; lo ha matado el fucsia.
Llámame antigua, pero donde yo crecí, se consideraba hortera llevar calcetines con sandalias, botines con minifalda en verano, abrigo de piel con deportivas o llevar gafas de sol en el metro.
todo es moda y todo vale, pero a mi me gusta combinar los colores. Me gusta saber que etilo tiene cada uno; gótico, hippie, casual, años 80,60,70... ahora el único termino que puede definir la moda es... "moderno". Esta claro que la influencia de los medios tiene un gran peso obre cualquiera. Por eso ahora puedes encontrar vestidos o mascaras estilo "lady Gaga" para ir a comprar el pan, te puedes incluso disfrazar de barra de pan. Puedes encontrar modelitos discretos estilo Rihanna para cantar desnuda bajo la lluvia, eso si, con un "fashionable umbrella-ella-ella"; o bien, encontrar cómodos trajes de baño como los que Beyonce usa en sus vídeos.
y es que que razón tenían en las películas antiguas cuando Concha Velasco decía" mama, quiero ser artista" quizá ahora las niñas solo dicen "mama, quiero vestir de artista"

Las mujeres también van al sex shop

Hace unos días una amiga, ciertamente avergonzada, me pregunto si la podría acompañar de compras. A pesar de haber estado "a fin de mes" desde el día dos, pensé: porque no? vamos a darle otro palo a la tarjeta. después de un sustancial e innecesario gasto en otro montón de ropa y accesorios que es imposible de meter en el armario, y cuando ya me estaba imaginando la típica escena de película en la que el banco le dice al dependiente que corte la tarjeta de crédito en dos con unas tijeras, mi amiga me preguntó, de nuevo un poco avergonzada, si la acompañaría a una ultima tienda que quería visitar. Dada la extraña actitud de ésta, le pregunte: porque se ponía nerviosa al preguntármelo. Llevábamos todo el día de compras, mas que actualizar nuestra imagen parece que nos estamos abasteciendo para el invierno y llevamos tantas bolsas que vamos a desarrollar los bíceps, pero porque avergonzarse cuando de eso se trataba desde un primer momento? Pues por mucho que vayas con la idea clara de comprar un par de cositas necesarias, una camisa nueva para el trabajo, o una zapatillas para ir al gimnasio, las mujeres sabemos que te da igual las pintas que lleve al trabajo, y que aunque pagues por el gimnasio religiosamente, nunca vas. Por lo que decides gastar el dinero en algo mucho mas útil y productivo como unas sandalias con un imposible tacón stiletto para salir este fin de semana, o mas maquillaje, o una minifalda que haría que a Rouco le estallasen los ojos. Por lo que no entendía a que tanta vergüenza por visitar una tienda mas. "es que es el cumpleaños de mi novio y quería hacer algo especial para el" ahí ya me empecé a imaginar de que iba el asunto, y no precisamente sobre cocinar una tarta. "me gustaría ir a un sex shop y comprar algo...divertido" ahí estaba. El lugar al que las mujeres temen ir como los hombres temen ir de compras con una mujer. Quizá sea la imagen sórdida que los sex shops tienen, con cuarentones mirando las carátula de las pelis porno llevando gafas de sol. Pero lo que las mujeres parece que han olvidado, es que un sex shop no sólo es para hombres y cada vez mas las opciones para mujeres se han ampliado hasta poder encontrar una extensa gama de productos, juguete y accesorios adaptados a cualquier... necesidad. En Londres, los lugares que puedes visitar son realmente numerosos. Si te diriges al Soho, la mayoría son gays, pero también encuentras muchos para heteros que podrían hacer las delicias de cualquier noche. Pero los mejores lugares son las tiendas de lencería tipo Ann Summers o Harmony. Éstos son sex shops directamente para mujeres, muy lejos de la imagen sórdida y depravada que se pueda tener de los sex shops. Normalmente son locales de dos plantas; la planta de arriba, la que da a la calle, se presenta como una tienda de lencería o disfraces eróticos que mas parece la central "despedida de soltera" que otra cosa, gracias a la profusión de tiaras y globos en forma de pene adornados con velos de novia. Pero la mejor parte esta en la planta baja. Una habitación con diferentes secciones, desde la de principiantes hasta las mas picantes en las que se exhiben accesorios sado para aquellos mas atrevidos. Pero, como he dicho, están muy lejos de presentarse como lugares desagradables, la decoración es sexy, la atmósfera es relajada, y la mayoría de los que trabajan allí son mujeres, lo cual ayuda a que una se relaje. Así que dado el nivel amateur de mi amiga, descarte la opción del Soho, que francamente puede resultar aterradora ante la visión de pinzas para pezones en los escaparates, y nos fuimos a Ann Summers. Empezando despacio con algo de lencería sexy, quizá un aceite para masajes, una nueva cajita de condones estriados para dar placer, algo sencillo para sorprender a la pareja sin adquirir la imagen de salida implícita en estos productos. Sorprendentemente una vez que entramos y tras haber seleccionado algunos productos básicos, me resulto imposible sacar a mi amiga de allí. Había sido abducida por el amplio abanico de posibilidades sexuales. Parecía que le habían quitado una venda de prejuicios de los ojos y había visto la luz. Aceites para masajes, la mayor selección de condones imaginables, juguetes sexuales para las noches en solitario y las que se pasan en compañía, disfraces, afrodisiacos, lubricantes, películas, y todo ello adornado en una atmósfera de plumas, perfumes y macara que hacen que el temido viaje al sex shop se convierta en un  Moulin Rouge. después de pasar dos horas examinando (no probando, que quede claro) los productos disponibles, cargamos de nuevo nuestras bolsas con un nuevo espíritu. Al menos mi amiga iba tan exaltada que no podía esperar para probar todo lo que había comprado, seguro que fue un cumpleanhos sorprendente. Pero aquella visita, me dejo penando. Ya había estado en alguna ocasión en un sex shop, y debo reconocer que la primera vez me sentía tan cohibida que no me atreví a comprar nada y me quede fumando en la puerta mientras las amigas con las que había ido se gastaban el sueldo en el proyecto del fin de semana, pero supongo que esa vergüenza e normal hasta cierto punto. Es igual que ir sólo al cine, o entrar en una discoteca enrome al principio de la noche cuando hay cuatro gatos dentro y parece que todos te están mirando. Esos nervios del principio son normales. Cuando se trata de un sex shop, los nervios van mas allá. Mas que darte un poco de vergüenza, estas avergonzada. Lo cierto es que tenemos tantos prejuicios en lo que se refiere al sexo, que nuestra conducta esta dramáticamente sesgada por ellos. Podemos, como siempre, echarle la culpa a la familia, a la educación, a la religión, y por supuesto, al que diran. Esa falsa moral que ronda nuestra cabeza. qu'e pensaran de mi, que pasara si alguien me ve aquí, hasta nos preocupa que nuestra pareja cambie su forma de vernos si sabe que compramos cosas en un sex shop. Pues nos aterra la imagen de puta o salida o precoz. El caso es que aunque la liberación femenina que siempre esta en nuestra boca, con la que parece que nos intentamos convencer de que as mujeres podemos hacer, decir o comprar lo que nos apetezca, siempre hay connotaciones psicológicas o morales que nos privan de disfrutar de esa ansiada libertad. Del mismo modo que no te atreves a ir sola al cine, o no te atreves a disfrutar de unas ansiadas vacaciones sola, no te atreves a ir a un Sex shop sola. Y todo por ese maldito que dirán o que pensaran o que pasaría si alguien me ve. Pues lo que pasaría es que a la gente al final le daría igual, porque por mucho que piensen o digan, todos tenemos secretos, vida privada, y hacemos cosas que ocultamos a los ojos de los demás por pura vergüenza. Algo no del todo inadecuado ya que en cierto modo mantiene cierto misterio y evita el clásico problema de "donde hay confianza da asco". pero por otra parte nos estamos escondiendo tanto que mientras unos salen del armario, nos nosotras nos estamos metiendo en el? no es fácil luchar contra los prejuicios o la falsa moral que asola nuestra vida y nos impele a adoptar ciertas pautas de comportamiento decoroso para no llamar la atención demasiado. Pero el no poder disfrutar de nuestra libertad sexual por la impresión de que alguien podría tener una mala impresión de nosotras, es ridículo. Al fin y al cabo, no compartes cama con un puñado de gente desconocida, ni te acuestas con sus prejuicios ni echas un polvo con esas mentes retrogradas que consideran una aberración el comprarse un vibrador. cada uno lucha por lo que le interesa en cada momento, y dar pequeños pasos en el camino hacia la conquista de las libertades personales puede hacer una gran diferencia. Por ello recomiendo a las mujeres que aun no lo hayan experimentado que se vistan ahora mismo, agarren el bolso y se encaminen a un sex shop. La experiencia merecerá la pena/. LA variedad de juguetes y accesorios destinados específicamente para mujeres es muy amplia para hacer de las noches de placer solas o en companhia. Desde los clásicos vibradores a los mas complicados aparatos para la estimación de cada parte del cuerpo, juguetes fetichistas inspirados en el sado,vídeos, libros, geles de sabores, estimulantes líquidos, lubricantes, condones que van mas alla de los sabores y tallas, que vienen en diferentes formas y texturas para maximizar el placer, y un largo etc, para dar GUSTO a todas. Así que sea cual sea tu condición sexual, tu estado civil, ya seas soltera o tengas pareja, o practiques sexo casual con desconocidos, seguro que encuentras el producto perfecto. En caso de duda, igual que preguntas al medico o farmacéutico acerca de los medicamentos, también se puede preguntar a la gente que trabaja allí. Que, en serio, no van a pensar mal de ti, les da igual lo que pase en tu dormitorio, y, al igual que cualquier asistente de cualquier tienda, !están para ayudarte! Solo un pequeño consejo, las visitas al sex shop pueden crear adicción, por lo que se recomienda un uso ,moderado y que no sean un sustitutivo de las relaciones sexuales reales. Pues a pesar de que estas tiendas sean como Disneyland para adultos, toda cenicienta necesita un príncipe, aunque solo sea para para cargar las compras del sex shop! feliz sexo a todas!

jueves, 27 de octubre de 2011

Muchas opciones, pocas decisiones


Decisiones, un término tan aterrador como una visita al dentista. Hay gente que, ya sea por un talento natural, por una estrella con la que parecen haber nacido, o por la confianza en sí mismos que les guía en cada momento decisivo de su vida, son capaces de tomar decisiones en el chasquido de un dedo. Cada vez que se ven en una bifurcación, saben qué camino tomar, analizan las posibilidades, las posibles consecuencias, las implicaciones o perdidas de tomar un camino u otro, y siempre parece que toman la decisión acertad. O, aunque se equivoquen, consiguen aprender algo de sus errores, levantarse y seguir adelante. Incluso hay gente que conducida por un natural instinto aventurero, por la adicción al riesgo, por la emoción de lo desconocido, toman decisiones sin ningún tipo de análisis ni preocupación y simplemente se dejan llevar por la situación, "go with flow" diríamos aquí en Londres. Pero para los que nos acobardamos ante decisiones como qué tipo de champú comprar, las cosas no son tan fáciles. En la actualidad tenemos tantas opciones donde elegir, tantos diferentes cambios que seguir, tanta gente a la que conocer, que cada vez es más difícil tomar una decisión. En un mundo que cabe en la palma de la mano y en el que los únicos limites parecen estar definidos por la cobertura de nuestro móvil, es normal tener cada vez más dudas a la hora de decidir qué camino tomar. No tanto por equivocarnos, o por las posibles malas consecuencias de esas equivocaciones, pues se supone que de todo se aprende, de todo se adquiere experiencia y sabiduría etc., sino por lo que nos estamos perdiendo al elegir un camino y no otro. Por ello a la hora de comprometerse con un trabajo, con una pareja, con una hipoteca, las dudas acechan como aterradoras voces que nos hacen pararnos a pensar en si nos estaremos equivocando. Si me comprometo en una relación, no solo me asusta el que no salga bien y acaben rompiéndome el corazón, me asusta el hecho de que no saldré a ligar el próximo fin de semana. Si me comprometo a un trabajo serio, me echa para atrás el no poder disfrutar de la libertad que estar en paro y viviendo con mis padre me proporciona, si me meto en una hipoteca, me preocupo, además de que la crisis no me permita pagarla y acabe como todo lo demás en manos del gobierno, el no poder dejarlo todo de repente y largarme al punto más recóndito del mundo porque las obligaciones financieras no me lo permitirían. Quizá estamos demasiado consentidos materialmente y hemos pasado de las ambiciones a los inconformismos exacerbados. Porque lo cierto es que, en muchos casos, no sales a ligar los fines de semana, sino que te tomas unas copas con los amigos mientras te quejas de tu amarga vida, por lo que tener pareja no cambiaria tus rutinas. Por mucho que estar en paro te permita dormir hasta las doce, salir hasta el amanecer y sentirte como un estudiante hasta que cumples los 40; la falta de pasta, el agobio de los padres y el no tener un lugar propio donde ser tu mismo, donde echar un polvo sin pretender que estas escuchando música con un amigo en tu cuarto, o poner un programa del corazón sin arriesgarte a la reprobación social, acaban por amargarte la existencia. Así como el pasarte la vida pagando un alquiler por algo que jamás será tuyo, acaba por convertirse en otra forma de tirar el dinero, ya que sigues pagando una renta por espacio, generalmente limitado y necesitado de reformas, que ni es tuyo, ni lo será y que se come tu sueldo con tal rapidez que, no es que no te puedas permitir perderte en algún recóndito lugar del mundo, es que casi no puedes pagar el abono transporte. Pero como poder elegir adecuadamente sin tener la sensación de estar perdiéndose algo por el camino. Y es que en un mundo lleno de opciones que además caben en la palma de tu mano y no abultan más de lo que Apple decida, a veces lo más bonito e saber que solo tienes una opción y que aunque no sea lo que esperaba, o lo que habías imaginado o ni siquiera la más conveniente es la opción que te hace feliz. Y es aun mejor cuando después de un tiempo te das cuenta de que era la única opción posible. 

sábado, 15 de octubre de 2011

Palabra enredadas en la era del silencio


La era de las comunicaciones es como se ha llegado a definir a este periodo en el que nos encontramos en el que la diversidad de plataformas de comunicación, soportes, medios y utensilios para relacionarse con nuestros semejantes es tan amplia que ha llegado a resultar abrumadora. Atrás han quedado los días en los que el clásico teléfono que esperaba su ring ring pacientemente en el salón de casa. Ahora lo raro es tener teléfono fijo en casa, ya que este ha quedado relegado a un mero catalizador para la conexión a internet. Navegamos, surfeamos y nos ahogamos en redes sociales en las que compartimos nuestras intimidades abiertamente con gente prácticamente extraña sin el menor reparo. La afluencia de paginas como Facebook, twenty, twitter, myspace, etc. han revolucionado la forma en la que mantenemos el contacto con nuestros seres queridos, e incluso con los que no lo son. Aun recuerdo cuando accedías de forma reacia a dar tu número de teléfono a alguien que te entraba en un bar, o te ponías susceptible si te hacían más de una pregunta personal en una encuesta. Enseguida encendías las alarmas de protección de la intimidad y no revelabas más de lo que considerabas apropiado. Pero esos tiempos han quedado relegados al olvido a manos de las redes sociales, en las que abiertamente comentamos, compartimos, enseñamos y cotilleamos no solo nuestros pensamientos, sino nuestras fotos, nuestros planes y nuestra vida diaria. "¿en que estas pensando ahora?" pregunta amablemente Facebook, Y allá descargas todos tus pensamientos, temores, aficiones, preocupaciones, etc. Hasta que te encuentras con alguien que comenta algo así como "estoy viendo la tele y ahora tengo que ir al baño". Ahí te das cuenta de que se están propasando las líneas del decoro y que es momento de dejar de compartir tantas intimidades, o acabaremos por colgar hasta los análisis de sangre y la gente empezara a comentar tus resultados. En el mundo cibernético es más probable hablar de nada que de algo en concreto, ya que la elevada frecuencia con la que nos conectamos al mundo exterior acaba por vaciar nuestra mente hasta que ya no tenemos nada más que decir. Es entonces cuando decidimos buscar otra cosa que hacer para mantener nuestro muro activo. Y empiezan a aparecer aplicaciones para cuidar granjas, para hacer pasteles, para montar restaurantes, para cuidar a mascotas.... Y tu correo es bombardeado por invitaciones de amigos y familiares que quieren criar un cachorrito contigo, o cultivar zanahorias, o hacer un pastel para muñequitos cabezones que esperan ser alimentados en un café cibernético. Y la cosa no mejora cuando se trata de cultivar relaciones personales. Algunas personas lo llevan bien, y mantienen saludables relaciones beneficiándose de las ventajas de una comunicación  instantánea en la que no existen barreras de tiempo o distancia. Otros, acaban por someterse a la obsesiva adicción que las conexiones internautas suponen. Te acostumbras a saber cada mínimo detalle y a conocer cada instante de la vida de otra persona, que acabas por controlar todos sus movimientos, que hace, cuando estará en la red, con quien habla, quien escribe en su muro... La situación se descontrola hasta que raya en el borde del acoso virtual. Tus días se miden por las notificaciones que recibes, tu imagen está atrapada en una foto de perfil, tu popularidad se mide por el número de amigos virtuales que tienes, y sin darte cuenta el punto más álgido de tu día es ese en el que por fin ves una lucecita roja que indica que tienes un nuevo email. Pero a pesar de la facilidad que esta comunicación simultanea supone, nos seguimos ahogando en sus palabras. Los dobles sentidos, los juegos verbales, el clásico truco de "hacerse el duro" se desarrollan abiertamente hasta que ya no sabes distinguí entre lo real de lo fingido. Otro de los problemas de la comunicación escrita, pues la carencia de una expresión facial que te indique lo que la otra persona piensa o siente, acaba por dar lugar a malentendidos. 
Y es que al igual que esos días de apogeo del teléfono fijo han pasado a la historia, los encuentros cara a cara, también. Antes quedabas con personas para tomar café, ahora tienes videoconferencias en el salón de casa. Aquella esperanzadora luz parpadeante del contestador, que contenía un mensaje de vez, ha ido sustituida por un mensaje de texto indescifrable. Las sonrisas son caritas sonrientes, los besos son dos letras al final de un mensaje, las caricias son un golpe de ratón y las palabras que se atragantaban en nuestra garganta cuando manteníamos una conversación en directo, son las que ahora se atascan en un teclado y mueren en un email no enviado. Tantas opciones, tantos avances, tanta evolución a lo largo de los años, y aun seguimos guardándonos lo que realmente queremos decir. Y aunque mostremos toda nuestra vida en una página de internet, y colguemos nuestras fotos, y aireemos públicamente hasta la partida de nacimiento sin el menor reparo, seguimos sin hablar abiertamente de lo que en realidad queremos. Y es que no importa el disfraz de nuestras conversaciones, los sentimientos, temores y aprensiones siguen presentes. Por lo que o que antes no te atrevías a decir por teléfono o en persona, es lo que ahora no escribes en Facebook ni compartes en twitter. Las palabras se siguen enredando, y a pesar de la profusión de medios de comunicación, estamos entrando en la era del silencio. 

miércoles, 12 de octubre de 2011

Carrie Bradshaw ha hecho mucho daño


 En la búsqueda de la perfección, las mujeres somos capaces de desarrollar toda clase de trucos, planes y estrategias para acercarnos a nuestros objetivos finales. El hombre perfecto, el cuerpo perfecto, el "outfit" perfecto, son algunos de los griales que perseguimos diariamente. Para ello nos sometemos a tratamientos, sucumbimos a la influencia mediática de la publicidad, nos fiamos de los consejos de las revistas del corazón y soñamos con finales felices que el celuloide de Hollywood elabora cuidadosamente en la mesa de un despacho y predicamos con todos los tópicos que la sociedad se ha encargado de crear a través de prejuicios, miedos y falsas morales.  Dicen de las mujeres que son el sexo débil, que son demasiado emocionales, como si por el hecho de tener la regla pudiéramos hacer que la bolsa se hundiera. Pero cuando se trata de perseguir esa ansiada perfección que el papel couche, o las estrellas de Hollywood, o los flashes de las cámaras o las series de televisión nos muestran, no hay quien nos pare. Pero en lugar de emplear todas nuestras fuerzas en conseguir la quimérica felicidad, el equilibrio, el balance que la vida debiera ser, las empleamos en disfrazarnos, someternos, convertirnos, y hasta esclavizarnos a manos de las modas, las exigencias familiares, o los fríos dictados del reloj biológico que parece correr mas rápido cada año. Tomamos como referentes personas como la señorita Carrie Bradshaw, que entre cócteles e imposible tacones de diseño, paseaba sus agonías amorosas por las calles de Nueva York, criticando a cada hombre con el que se cruzaba porque no era el caballero perfecto que la Cenicienta consiguió. Está claro que las mujeres no tenemos que conformarnos con lo primero que se presente, que valemos mucho más que todo eso, pero el darle tantas vueltas a la cabeza, dedicar tantas horas de análisis y tantos quebraderos de cabeza sobre las relaciones de pareja, los amigos, el trabajo, la vida en general, no han hecho sino mermar nuestra capacidad para disfrutar de la vida. Ya que al escudriñar y desmenuzar cada diminuto e insignificante detalle de nuestras vidas, acabaremos encontrando algo que no es totalmente perfecto, o al menos difiere de lo que nos habíamos imaginado, o lo que nos habían contado. Todas queremos ser la protagonista del cuento, tener un hada madrina, un príncipe encantado, un trabajo intelectualmente estimulante y unas amigas con las que compartir nuestra fabulosa vida. Pero en esa búsqueda dejamos de apreciar la vida que ya tenemos, hasta hacer que nada sea suficiente. Y es que como John Lennon dijo una vez: "la vida es lo que pasa mientras haces otros planes". Y a veces estamos tan inmersas en encontrar la perfección que nos olvidamos de lo más importante, que es que, la perfección no existe. Y no es nada malo reconocerlo pues, e intento no caer en la demagogia barata diciendo esto, cada persona, con sus defectos, con todas sus faltas, con sus complejos, con aquellos pequeños detalles que no le gustan de sí mismo, cada persona, en sí misma es perfecta tal y como es. 

martes, 11 de octubre de 2011

una vida de perras

Cualquiera diria que por el titulo de este blogg, me dedico a enzarzarme con las injustas situaciones de la vida o que pretendo utilizar este espacio para empezar una amarga diatriba contra los hombres, las presiones de la moda o de la sociedad. Pues estarian en lo cierto. El asqueo producido por la mendacidad, la hipocresia, la doble y falsa moral en la que la sociedad esta sumida, me hacen sentir la necesidad de dejar un testimonio escrito de las grandes incongruencias de la vida que tanto nos afectan a las mujeres. No se trata de ecribir otra columna despechada en la que reiterarse sobre el topico de que "los hombres vienen de Marte y las mujeres, de Venus; no pretendo criticar la moda, ni establecer dictados sobre ella; ni tampoco dedicar vanas palabras a la reflexion exhaustiva sobre las relaciones de pareja. Todo ello al final no hace mas que ensuciar la mente de las mujeres, el pensar demasiado sobre estos temas no lleva mas que a la confusion. Haciendo que, al final, nos hayamos convertido en mujeres de preguntas, mujeres paranoicas, mujeres avergonzadas. Nos da verguenza ir solas a cualquier sitio, a decir lo que pensamos, a entrar en un sexshop o ir al cine solas. Y no es quiera hacer uso de la demagogia sobre la lucha por la liberacion de la mujer, o los esfuerzos que las anteriores generaciones han hecho por alisar nuestro camino en la sociedad, pero parece ser que en la actualidad hemos decidido tirar la toalla, guardar las armas, y agazaparnos tras una cortina se superficialidad que nos esta robando la personalidad. Tantos años y esfuerzo por liberarnos, por conseguir voz y voto y ahora nos econdemos tras cremas anticeluliticas, nos esclavizamos a manos de los dictados de la moda, nos entregamos a amantes que trafican con nuestros sentimientos por el miedo a estar solas y nos ahogamos en palabras que se atascan en nuestra garganta y no conseguimos decirlas. Somos enemigas de nuestra propia persona y comulgamos con aquellos que los medios, la sociedad o la familia nos dicen que es lo correcto. No soy poseedora de la razon, no tengo todas las respuestas, no tengo la vida solucionada, solo tengo la palabra, y lo mas importante, tengo una vida que vivir y nadie la debe ni puede vivir por mi. Espero que este blogg, ademas de informativo y objetivo, sea util, que haga pensar, que abra los ojos ante los problemas diarios y que a traves de la diversidad de contenidos llegue a todas esas mujeres que quieren un espacio libre de topicos y cliches, que informe de lo que interesa, que cuestione lo que no se debate abiertamente, que nazca de la actualidad, se alimente de informacion, viva en la libertad de expresion y crezca con las opiniones de todas. Hablemos de sexo, hablemos de amor, hablemos de musica, de poesia, de sueños, de vanalidades y profundidades. Hablemos de todo, porque este tambien es tu blogg. Yo escribo en Londres, donde vivo desde hace cinco años, pero sobre todo escribo desde el corazón.