lunes, 9 de febrero de 2015

Que cada segundo que muere en el reloj, viva eternamente en tu corazón






Empezar el día pensando en cada cosa positiva que nos rodea. Simple  facil.

Suena casi a un manido proverbio, eso de que la vida es maravillosa, que hay que disfrutarla y que hay que hacer grandes cosas que nos hagan sentir cada vez más vivos. Pero y qué hay de las pequeñas cosas que a diario nos reconfortan, nos alegran y hacen felices. La simplicidad de una taza de café por la mañana, los cinco minutos remolones en la cama en una mañana muy fría; esos segundos en los que el viento deja de soplar y por un instante dejamos de tener tanto frío; esos minutos de más bajo el agua caliente en la ducha; el primer mordisco a un delicioso  "cupcake" que tan de moda se ha puesto; el momento culminante de nuestra canción favorita que nos impele a agarrar un imaginario micrófono y cantar como si no hubiera un mañana.... Pequeñas cosas que reconfortan, que alegran, que nos dan una silenciosa paz. Sólo apreciamos esos detalles cuando nos faltan, igual que echamos de menos a alguien cuando se marcha, o el pelo rizado cuando cae lacio sobre los hombros, o el verano cuando es invierno o el frío cuando agosto seca las calles. Y porqué no apreciarlo a diario, porqué no pararse un segundo, un diminuto segundo para tomar aire y apreciar cada instante del día. 
Estoy tomando una taza de café, escuchando Edith Piaf en el ordenador y escribiendo algunas palabras. Y ahora no importa el resto del día, no importa el trabajo, no importa nada ni nadie más que yo y mi momento. 
Prueba a encontrar ese momento especial cada día y hazlo tuyo. Saborea ese instante de relax que sin saberlo te da la paz necesaria para enfrentarte a la jornada, a la gente y a la vida. 


"Haz que cada segundo que muere en el reloj viva eternamente en tu corazón"



https://www.youtube.com/watch?v=7I7u_XLtFa0