Las
terapias naturales han sido consideradas durante siglos como medicinas
alternativas, e decir algo fuera de la medicina occidental o de lo que algunas
sociedades consideran “normal”. Pero dados los efectos, a veces muy agresivos,
de las medicinas occidentales, sus elevados costes o los rumores, siempre
fervientes, de posibles tratamientos baratos descubiertos que no se quieren
comercializar por su escaso beneficio económico, cada vez es una costumbre más
arraigada el buscar una “opción B”.
Definimos
terapias naturales como el conjunto de prácticas, tratamientos y principios que
provienen de la naturaleza. En muchos casos, los principios son los mismos que
se utilizan en laboratorios o industrias farmacéuticas, pero se administran de
una forma diferente, sin intervenir agentes químico o manipulación industrial.
La tierra
nos pone a nuestra disposición todos los ingredientes para mejorar nuestra
salud, nuestro malestar, nuestra calidad de vida, es decir mejorar nuestra
vida. Si bien no se puede dejar de utilizar medicina occidental, por obvios
motivos, sí se puede aumentar el consumo de remedios naturales o la utilización
de terapias alternativas para frenar los efectos del paso del tiempo y el
deterioro del organismo.
Tanto los
productos cosméticos, como alimentarios, o las terapias basadas en el tacto o
el ejercicio, la medicina natural ayudará a mejorar la vida de cada uno según
sus necesidades, gracias a la amplia variedad de opciones que presenta.
Más allá
de ser una segunda opción, un tratamiento alternativo, este tipo de medicina se
está convirtiendo en un estilo de vida para aquellos que buscan el equilibrio,
que quieren mantener su vitalidad y su salud, que quieren curar enfermedades…..
Las
opciones son infinitas y los beneficios innumerables.