lunes, 2 de junio de 2014

feria del libro

La feria del libro este año abre sus puertas con la amenaza del Ebook sobre las cabezas de sus casetas. Son tiempos difíciles en general para la cultura, so sólo por el abusivo IVA que grava sus productos, sino por ese apogeo tecnológico que llena nuestras vidas de hedonismo e instantaneidad. Libros electrónicos, plataformas sociales, mensajes de twiter que bombardean nuestros teléfonos, comunicación en internet y silencio entre las personas. Son algunos de los avances que nos hacen "des avanzar". Parece casi quimérico pensar en encontrar a alguien disfrutando de un libro en el parque, o un poco de buena música o un coloquio literario. Por ello es refrescante ver y participar de eventos culturales que, quizá porque son gratis y atraen a algunos famosos, aúnan a gente de todas las clases y condiciones en un intento por empaparse de esa olvidada cultura. 
La Feria del libro congrega cada año a algunos de los autores más aclamados del panorama nacional y a algunos del internacional que dedican algunos minutos a firmar sus libros. Haciendo así, que se forme colas de varias horas con todos aquellos que no se han rendido a la generación "e", que han dejado sus "targets en casa y han decidido pasar una tarde en compañía de las palabras. 
Espectáculos para niños, a la vieja usanza que dirían las abuelas. Teatrillos de marionetas y títeres, lecturas de cuentos y globos para arrancar las sonrisas de los más pequeños. Iconos de la televisión, como algunos osan a llamarlos como Mario Vaquerizo se suben al tren editorial y firman ejemplares entre humo y cerveza. 
Casetas luciendo sus mejores iros, o al menos los más vendidos; curiosos que ven a la gente agolpada en una caseta y se detienen a captar esa instantánea de alguien que han visto en la tele. Sabina aparta el humo de sus cigarrillos para dejar caer una confusa firma sobre algún disco o página impresa; jóvenes promesas que se emocionan con cada lector que les visita y conoce; autores consagrados que preferirían estar en algún café entre amigos pero que se deben a sus público y editor y aguantan el calor de la casera estoicamente mientras regalan sus autógrafos. Usuarios de Facebook que no esperan ni un segundo para subir la foto de su ídolo. Sea como sea, entre palabras y granizados de limón, la feria cuenta con el calor de los lectores, los rayos del sol, la armoniosa melodía de pájaros distintos de las sucias de palomas de la  ciudad. Un paraje incomparable para enmarcar este pequeño guiño a la traición más hermosa de todas. Leer. 

Y allí, entre el humo de Sabina y las cervezas de Vaquerizo, aparece uno de los autores más aclamados a nivel internacional que consiguió enamorar a jovencitas de todo el mundo con sus personajes macarras con los que todas las chicas han soñado alguna vez. Federico Moccia. Aparece con su inconfundible gorra azul, con aire de acabar de levantarse de la cama y con la seductora expresión de quien nunca ha dejado de enamorar a féminas. Simpático, agradable, dispuesto a pasar el tiempo necesario con cada "fan" sacándose fotos, firmando y hasta chapurreando alguna palabra en castellano. 
Aunque quizá la cercanía, el encuentro con alguno de tus ídolos puede hacer que le veas menos grandiosos de lo que son. Es en esos momentos cuando te das cuenta de que en el fondo son sólo seres humanos, que todos podemos ser iguales, que nadie es perfecto por muy famosos que sean. Por ello, una vez que esa idea, o ideal, desaparece, sólo la desnuda palabra permanece. 
La palabra, capaz de dejarte sin habla, sin aliento. Capaz de emocionarte y mantenerte pegado al libro que tengas entre manos. 


"uno es dueño de sus pensamientos, pero esclava de sus palabras"

http://www.ferialibromadrid.com/

https://www.facebook.com/FedericoMocciaOficial?fref=ts