lunes, 27 de enero de 2014

El verdadero amor es para siempre, la ilusión fenece, el recuerdo permanece

Nunca dijo sí al oído
se ahogó en un no vespertino
veías la pena en sus ojos
de un maldito destino.

Tenía un secreto amargo
que en sus labios moría al hablar
Con remordimientos a su cargo,
paseaba sin rumbo, sin pensar.

Nunca confesó su amor
y arrastró su pena en los años
en tardes de té frío
y noches de colchón vacío

Llorando despertó más de un día
en mañanas sin luz, sin alegría
y madrugadas sombrías
clamaba por lo que ya no tenía.

Sentía una punzada en las sienes
cuando su nombre decían
sentía el dolor ante quienes
ni siquiera llorar podía.

Guardaba una coja de fotos
de recuerdos de su amor roto
una caja de ilusiones
que los años hicieron jirones

No tenía más ilusión
que la vida le diese el perdón
no tenía más remedio
que en su recuerdo
seguir viviendo.