jueves, 17 de octubre de 2013

Un poquito de cultura por favor!!!

Continuando con  este arrebato en favor de Madrid, que nunca suelo tener. Vamos a dedicar un ratito a la oferta cultural  de ocio que nos ofrece la ciudad a las puertas del invierno que parece que jamás va a llegar. Apenas hemos empezado el otoño y he preparado chaquetitas y pañuelos para el cuello para complementar mi look, y me paso el día cargando con ambas prendas en la mano. Pues, a pesar del refrescante aire que me anima por las mañanas al salir a trabajar, siempre las 12 del mediodía me recuerdan que Madrid puede ser tan asfixiante en otoño como en verano. En verano pasas mucho calor pero llevas ropa ligera. En otoño pasas algo menos de calor pero cargas con la chaqueta, la bufanda para no resfriarte por la mañana, o el sombrero si osas ponerte uno ya que sabes que todos te van a mirar por llevarlo. Con tanto cambio de tiempo no es fácil planear el tiempo de ocio a menos que te pases el día en un abarrotado centro comercial con aire acondicionado y zona de fumadores. Como no es lo más apetecible el pasar un día rodeada de niños gritando y tirándose las patatas fritas que tardan horas en comerse, y colas interminables para comprar un puñado de cosas que no necesitas, vamos a proponer alternativas. Esas actividades que sólo hacen los turistas que visitan la capital, y que a veces nos resultan tan desconocidas que parece que no vivimos en Madrid. A veces las garras de os bares, el aroma de la cerveza y el sabor de los pinchos en las terraza que ahora se pueden disfrutar todo el año gracias a las lámparas de calor, hacen que falte tiempo para hacer actividades más culturales. Estas son las sugerencias del día. 

El clásico "nos hacemos un cine", ofrece la posibilidad de disfrutarlo por el módico precio de unos 3euros por persona al registrarse en la página "la fiesta del cine". así se soportarán mejor las dos horas de peli con un tío al lado roncando, un niño que golpea tu silla como si estuviese matando cucarachas, o una mujer que no oye nada y se pasa la peli entera diciendo"¿qué ha dicho?"

Si lo que buscamos es un poquito de aire fresco con algo interesante que ver de paso, Parque Europa me parece una buena alternativa para disfrutar de los últimos coletazos de calor del año y observar algunos de los monumentos más representativos del "viejo continente". A escala eso sí, por lo que la perspectiva de las fotos contará mucho para conseguir la mejor "caption" de Instagram. 

Entre la variada oferta de pinacotecas de las que hace gala la capital, destacaría el museo Thyssen. De pago, claro. Pero dado el precio que ha puesto el Prado por ejemplo, prefiero invertir mi dinero en alguna de las maravillosas exposiciones temporales del Thyssen. Sin menospreciar a las grandes obras pictóricas exhibidas permanentemente, recomendaría la exhibición actual "el surrealismo y el sueño". Una exposición donde dar rienda suelta a la imaginación dejando que la perfecta rareza de cada obra, nos lleve en un viaje por los sueños y la fantasía. Una mezcla de realidad y ficción en perfecta armonía. 

Para los que se animen a practicar la lengua del la pérfida Albión, le animo a que hagan un intercambio de idiomas al tiempo que disfrutan de un vinito, unas tapas o un paseo por la montaña, les animo a que visiten la página "lingo bongo". Allí se ofrecen, además de clases particulares, numerosas actividades, intercambios lingüísticos, quedadas y tertulias en diferentes idiomas. 

Y si lo que buscamos es una actividad para toda la familia, sin arrasar con los ahorros en algún parque temático, este es un buen momento para introducir a los más peques en el mundo de la cultura. ¿Por qué no disfrutar del encanto bucólico del museo del Romanticismo? Éste es unos de mis lugares favoritos, sonde a través de sus cuadros, decoraciones e infinitos detalles caseros, el visitante puede sumergirse en un mundo totalmente distinto del que vemos a diario. Desde su fundación el museo, ha sido un  claro símbolo de elegancia. Desde su céntrica localización en la calle San Mateo, ofrece actividades para todos los públicos y edades. Cuentacuentos para los más pequeños, música en directo y talleres creativos son la perfecta combinación de educación y cultura. 
Y para terminar, porqué no tomarse un elegante té al más puro etilo inglés en "el Café del Jardín" del museo. Entre tazas de porcelana y manteles de hilo, de esos que jamás ponen en los bares donde comemos a diario, podremos disfrutar de una agradable tertulia. 

Y nada más por hoy, hagamos sitio a la cultura en nuestras vidas. Cambiemos la cerveza por un bebida caliente y lo bares por un museo. Sera sin duda más enriquecedor. 

Happy Weekend!!